"Querida amiga, tu amigo te quiere tanto que no sé lo que haría por ti". Así arranca la nota que un árbitro federado de un partido de baloncesto celebrado en un colegio de Vigo entregó a una jugadora menor de 13 años. En ese escrito, el segundo que le daba en menos de un mes, le proponía que saliesen juntos, dejándole su número de teléfono y conminándola a que lo llamase. Diez meses después, este juez federado se sentó ayer en el banquillo por estos hechos: se enfrentaba a una acusación de acoso sexual, que supondría su inclusión en el registro central de delincuentes sexuales. Pero finalmente, tras una vista de conformidad, no fue sentenciado por ese delito, sino por el que la Fiscalía solicitaba de forma alternativa, el de coacciones, en el que se le aplicó como atenuante que sufre cierto grado de discapacidad intelectual demostrada por certificado médico. Concretamente, fue condenado a 6 meses de cárcel y a pagar a la menor 2.500 euros por daños morales.

Ocurrió la tarde del 30 de noviembre de 2015 al término de un partido de baloncesto en el que el acusado era juez federado. Se acercó a la menor y le entregó una nota escrita de su puño y letra. En ella, el joven le pedía que lo esperase en la calle. "[...] quiero hablar contigo y darte el teléfono mío y darme el tuyo porque quiero que salgamos juntos, sin que nadie lo sepa te invitaría a merendar a mi casa para que no nos vea nadie y salir estas navidades contigo, sin que tu entrenador y tus padres no se enteren [...]", le decía. Y concluía la nota: "Te quiero mucho, como hermano o como si fuera tu padre, no me dejes. Espero tu llamada". Ya le había entregado una nota unas dos o tres semanas antes al acabar otro partido.

La Fiscalía, en su escrito provisional, solicitaba la inhabilitación del acusado para profesiones en las que se deba hacer cargo de menores, así como para entrenador deportivo o árbitro de equipos infantiles. No trascendió si se adoptó esta medida.