La iglesia de Santa Mariña de Cabral se quedó ayer pequeña para acoger a los familiares, amigos y vecinos que asistieron al funeral por Joaquín Rodríguez "Koki". El joven de 23 años fallecido en el accidente de tren de Porriño fue incinerado el domingo tras una emotiva misa y ayer fueron muchas personas las que quisieron acompañar de nuevo a sus padres, muy conocidos en la parroquia.