Con su teléfono móvil en el interior de un cesto de la compra, se paseó por un hipermercado de Vigo acercándolo a las piernas de las mujeres con las que se topaba con el fin de grabarlas. Pero un vigilante lo sorprendió y el teléfono acabó en manos de la Policía, que halló imágenes de las piernas y las nalgas de una de esas mujeres. Los hechos sucedieron hace más de un año y ayer llegaron a la sala de vistas del Juzgado de lo Penal 1 de Vigo. Ya no fue preciso celebrar el juicio: el acusado asumió la autoría en una breve vista de conformidad y fue condenado a un año de cárcel y multa de 2.160 euros.

El acusado, L.B.A., fue sentenciado como autor de un delito contra la intimidad del artículo 197.1 del Código Penal, que, entre otras conductas, castiga a aquellos que "para vulnerar la intimidad de otro" y "sin su consentimiento", utilice "artificios técnicos", en el presente caso de grabación. Esta conducta está castigada con entre uno y cuatro años de cárcel, además de la sanción económica. En la vista de ayer el hombre aceptó la pena mínima tras el pacto entre acusación y defensa.

Todo ocurrió el mediodía del 28 de agosto de 2015. El hombre, "con el fin de descubrir la intimidad" de varias mujeres, colocó su teléfono móvil en un cesto de la compra del hipermercado donde estaba. Así, se paseó por el establecimiento grabando en el terminal las imágenes que conseguía acercando el referido cesto a las piernas de al menos tres mujeres con las que se topó en varios pasillos. Los hechos fueron presenciados por un vigilante a través del circuito cerrado de televisión: el trabajador alertó a dos de las mujeres, mientras que la tercera no fue localizada. También avisó a la Policía, que intervino el teléfono y halló imágenes de las piernas y las nalgas de una de las víctimas.