La nave de rederos de O Berbés se transformará en un complejo de oficinas y servicios portuarios sin restricciones de acceso público rodeada por una zona ajardinada. Concello y Puerto han desbloqueado en un tiempo récord el futuro de un inmueble que permaneció todos estos años inconcluso tras la paralización judicial de las obras del proyecto bautizado como "Portocultura". Con el plácet del gobierno local a la propuesta de la Autoridad Portuaria después de que esta garantizase la dedicación del ámbito a actividades marítimas y recogiera todas sus sugerencias, los técnicos de Praza da Estrela preparan ya las condiciones del concurso de la actuación para convocarlo a la mayor brevedad posible. El presidente del Puerto, Enrique López Veiga, cuenta con que el nuevo espacio sea ocupado por los primeros inquilinos antes del próximo verano.

El entendimiento entre el Concello y Puerto sobre el futuro de la nave de "Portocultura" surgió el primer día que sus máximos responsables abordaron esta cuestión que con anterioridad había escenificado el enfrentamiento entre ambas instituciones, primero con Corina Porro y luego su sucesor en la presidencia portuaria, Ignacio López-Chaves. El alcalde Abel Caballero solo puso como condición que se respetará al máximo el Plan de Usos, un documento que autoriza en esta edificación actividades de "interacción puerto-ciudad". La iniciativa del Puerto cumple con las premisas municipales a rajatabla ya que los 1.000 metros cuadrados de superficie repartidos en dos plantas se adaptarán como oficinas destinadas a empresas de "vinculación marítima y portuaria".

A partir de la definición de los usos principales de esta edificación, la Autoridad Portuaria añadió dos servicios que considera de "gran importancia": el Centro del Marino y la sede de la ITF (International Transport Federation). Ambos están dirigidos a la defensa y asistencia de marineros en apuros y al menos el primero de ellos es de funcionamiento obligatorio, según la legislación internacional, en puertos con un tráfico como el de Vigo, con más de 1.600 buques mercantes y el primero de Europa en descarga de pesca fresca.

En paralelo, el gobierno local planteó obras que se complementan con el uso autorizado. Una de ellas es el retranqueo de la verja hasta donde comienza la edificación de manera que el acceso a esta será directo, sin restricciones, lo que garantiza esa interacción "puerto-ciudad", en particular, con el Casco Vello; y la otra consiste en el ajardinamiento del entorno del inmueble, incluyendo el de la fachada ribereña, zona de atraque habitual de barcos intervenidos.

Cerrada la propuesta definitiva y ante la ausencia de objeciones por parte de la Gerencia de Urbanismo, López Veiga ha ordenado a los técnicos la elaboración del proyecto para licitarlo con la máxima urgencia que permita la ley. Como dejó claro en varias ocasiones, la imagen que ofrece la vieja nave de rederos, con las obras inacabadas no representa el mejor reclamo para un puerto y una ciudad que quieren potenciarse como destino de cruceros.