La supervivencia de adultos en las aves marinas tiene un alto impacto en la población, de ahí que la introducción de depredadores en ecosistemas insulares conlleve en la mayoría de casos su extinción. Pero a veces pueden coexistir gracias a la plasticidad del comportamiento de las aves. Sin embargo, los cambios en las preferencias para anidar han sido "pobremente documentados" hasta ahora.

Los autores marcaron 225 nidos que habían sido utilizados al menos una vez durante 1994 y 2013 y los visitaron entre tres y cinco veces desde marzo hasta junio. El cormorán demostró una alta fidelidad, pues todos los ejemplares marcados anidaban en un radio de 100 metros respecto al año anterior.

Los resultados demostraron que la inclinación del nido afecta a la reproducción cuando los depredadores están presentes, pues en las zonas más elevadas contabilizaron más ejemplares novatos que a nivel del suelo, un efecto que no se había observado en los años libres de visón.