Las autoridades municipales, los representes de la Caja de Ahorros Municipal de Vigo y del Gobierno se dieron cita para entregar las 33 llaves a los nuevos propietarios de las viviendas del polígono de Coia. Eran los primeros que podrían acceder a sus casas, cuya construcción se inició solo un año antes. Curiosamente, durante ese periodo se desvelaron algunos retrasos en las obras. Todos los presentes destacaron la calidad de los materiales y también el inicio de una nueva época en la zona. Quedaba mucho por hacer. Entre otras cosas, adecentar y construir nuevos accesos y también desarrollar un plan de servicios para los vecinos. El objetivo, según los impulsores, era llegar a las 1.250 viviendas a través de la promoción de la Caja de Ahorros de Vigo. Varios años después, el Ministerio de la Vivienda elevó esa cifra hasta las 6.366, según documentos oficiales.
Cosa posee una larga historia. Allí existía una playa y también la Asociación de Agricultores, una poderosa organización que a comienzos del siglo pasado ejercía una gran presión sobre el Ayuntamiento de Vigo. Casi todas sus peticiones eran atendidas. Las cosas comenzaron a cambiar de forma constante a partir de 1950. Se comenzaron a construir viviendas para los trabajadores de Citroën y la Factoría Vulcano. Ellos fueron los primeros residentes. Bloques de edificios que se ubicaron en determinadas zonas pero sin un orden lógico.
Fue entonces cuando comenzó a diseñarse el barrio. En 1963 se aprobó el Plan Parcial de Coia, una iniciativa en la que participaron muchos sectores, tanto públicos como privados. La Caja de Ahorros Municipal de Vigo, que ejercía una gran labor social en la ciudad, se involucró directamente y creó la Promotora Benéfico Popular. La construcción de viviendas sociales era su gran desafío. El incremento de la población en Vigo era evidente en aquella época. La Caja ya tenía experiencia, puesto que varios años antes había comprado la Finca de San Roque y poseía propiedades en Bouzas y Teis. Desvelan algunos historiadores que había financiado o tenía en propiedad 720 casas.
La aprobación del Plan Parcial de Coia, que convertía el suelo rústico en urbanizable, marcó el inició de una etapa histórica y de gran crecimiento. Se planeó un polígono para 1.250 viviendas. Se realizaron expropiaciones y hubo protestas de algunos de los propietarios de los terrenos, pero escasas. La zona se llenó de máquinas para mejorar el estado de algunos terrenos. Fue en 1965 cuando se iniciaron las obras de construcción de las viviendas. La primera de ellas se convirtió en un piso piloto.
La Caja de Ahorros Municipal de Vigo abrió de forma casi inmediata el proceso para elegir a los propietarios. Se otorgarían las casas por sorteo. Para participar en el mismo era necesario tener abierta una cuenta bancaria en la entidad. Desidero Pernas fue el arquitecto que diseñó casi todas las casas.
Enrique Salgado Torres, director general del Ministerio de la Vivienda en 1966, asistió al acto de entrega de las primeras llaves. En su discurso destacó que el modelo era un ejemplo de buen trabajo y también clave para el futuro. Quizás por eso encargó la elaboración de otro plan en el que se quería llegar hasta las 6.366 viviendas en total.
Pero había algunos problemas. Al mismo tiempo, se diseñaron los accesos. Uno de los momentos más importantes del barrio de Coia se produjo en 1969. Ese año se inició el proceso de demolición de las cocheras del tranvía. Era una decisión clave. La desaparición de este obstáculo permitió abrir la actual avenida de Castelao. El barrio quedaba comunicado definitivamente con el centro de la ciudad y además se creaba una gran vía de comunicación con la zona de playas.
