Arantxa y José Antonio, la pareja que reside desde hace once meses en un edificio abandonado de Vigo sin servicios básicos y que se vio obligada a entregar sus dos hijos a la Xunta por falta de recursos, iniciaron ayer una acampada de 24 horas en la farola de Urzáiz para reclamar ayuda a las administraciones.

Acusan a la Xunta y al Concello de no disponer de "un plan municipal y autonómico de atención urgente y de vivienda social" para estas familias. Con esta acción quieren resaltar estas "graves carencias en políticas de justicia social". Destacan que hay "otros cientos de familias que están sufriendo en la ciudad".