"Demasiadas casualidades, pero me quedo con que mi mujer y yo estamos bien". El matrimonio formado por Manuel Carballido y Rosa Martínez ingresó el pasado miércoles en el Álvaro Cunqueiro, él para una intervención de próstata y ella para someterse a varias pruebas que concluirán con un trasplante. Entraron juntos el 17 de agosto y tras una semana en el hospital, salieron los dos de la mano; coincidiendo no solo esta circunstancia, sino también la celebración del primer aniversario del hospital de Beade, que cumple hoy su día 366. Sus altas engrosarán los 29.772 pacientes, cifra adelantada ayer por FARO, que han sido ingresados en el primer año de este centro médico.

Manuel Carballido disimulaba como podía su satisfacción, más aguda al coincidir su salida con la de su mujer que por hacerlo en el 'cumpleaños' del Cunqueiro. "No tenía ni idea de que ya tuviese un año, me sorprendió bastante cuando me dijeron que mi mujer y yo somos los últimos en abandonar el centro en su primer año de vida. Es gracioso cuanto menos", reconocía un sonriente Carballido, quien valora su estancia en el centro como "muy buena". "Estuve tanto en el Xeral como en este y hay que reconocer que la mejora es importante. El trato también ha sido magnífico, al igual que la habitación, que ha sido individual. Solo pongo un 'pero': las duchas. Están mal reguladas y mojan toda la puerta", relataba.

Reconoce que de darse esta operación hace un año sí hubiera estado más "asustado" que ahora por el caos que envolvía al hospital. "Se dijeron tantas cosas de él que en un primer momento sí que vas asustado. Ahora que ya estuve, y varias veces, puedo decir que todo fue un problema de organización. Es normal que al llegar la gente y médicos se perdiesen en lo grandes que son los pasillos y el propio centro", explicó este vecino de Mos.

Otra de las casualidades que envuelve esta historia fue cocinada a "fuego lento". Y es que Manuel ha trabajado durante 43 años en las cocinas de los hospitales Cíes y Xeral, por lo que no duda en aportar su opinión sobre la comida recibida estos siete días. "Muy mala, horrible. Esto y el parking es lo peor que tiene; del resto la verdad es que nos vamos encantados. Ojalá no volviésemos claro, pero de hacerlo, sabemos que estamos en buenas manos", reconocía este cocinero jubilado. El postoperatorio no es sencillo pero tanto él como su mujer se van con "buenas sensaciones" del Cunqueiro en el día de su primer cumpleaños.