Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El abandono que condenó a las zonas verdes

Paisajistas y firmas de mantenimiento advierten de que la mala elección de especies y las podas agresivas empeoran la situación

Las copas de los árboles en Isaac Peral llegan al suelo. // J. Lores

La ciudad lleva once meses arrastrando una deficiente conservación de las zonas verdes. En invierno resultaba más sencillo camuflar los fallos del servicio porque muchas plantas y arbustos se mantienen inactivos, pero en cuanto ponen de nuevo en marcha sus mecanismos de crecimiento a finales de primavera requieren vigilancia de forma continua para no secarse o pudrir como ha ocurrido con docenas de jardineras de Vigo. Rosalía, Florida, Castelao, Travesía de Vigo, Martínez Garrido o Beiramar sufren las consecuencias de un negligente mantenimiento por parte de la concesionaria.

Y volver a la situación de partida no es sencillo. Paisajistas, empresas de mantenimiento y biólogos de la ciudad advierten de que serán necesarios unos dos meses para adecentar todos los parques, jardines, glorietas y medianas que se han echado a perder. Y añaden además que la falta de cuidados reiterados en el tiempo tendrá un sobrecoste económico para la ciudad debido a que habrá que reponer cientos de plantas y pequeños arbustos que ya no son recuperables.

La situación del mantenimiento de parques y jardines es absolutamente excepcional. El alcalde, Abel Caballero, reconoció ayer que la prestación del servicio es "muy deficiente" por parte de Althenia, firma que se encuentra en situación de interinidad al haberse tenido que repetir el concurso público y quedar ahora en primera posición otra empresa distinta, Valoriza, pendiente de la resolución de los tribunales antes de poder asumir el contrato.

Los problemas legales que se arrastran desde diciembre de 2014 se tradujeron en los últimos meses en una imagen descuidada de las jardineras y de parques emblemáticos como O Castro o Castrelos. El Concello reconoce que los primeros errores se detectaron ya el pasado mes de septiembre. Pero al margen de las dificultades administrativas, profesionales del sector ayudan a descifrar otros factores que han agravado el problema.

Paisajistas como Sinda Davila explican que al deterioro de las jardineras de Camelias o Martínez Garrido ha contribuido también "una mala elección de las especies". "No se pueden mezclar coníferas o pinos, que necesitan muy poca agua, con petunias de riego diario. Al estar en una misma jardinera los arbustos acaban pudriendo sí o sí y habrá que reponerlos con independencia de que se la haga un mejor o peor mantenimiento".

En su trabajo es partidaria de las plantas autóctonas que requieren menos agua, aunque entiende que en los jardines públicos se opte por plantas de temporada muy vistosas y que ayudan a mantener el empleo en un sector muy potente en zonas de la comarca.

Davila explica que más allá del problema estético, lo ocurrido en Vigo tendrá consecuencias monetarias: "se puede haber perdido la mitad de la plantación de esta temporada", apunta la paisajista, que señala como una posible vía para mejorar el control sobre la concesionaria regresar a la sectorialización de las zonas verdes que existía antes por barrios y que daba acceso al servicio a pequeñas empresas locales de jardinería "con sensibilidad".

Coinciden las empresas de mantenimiento consultadas en que este ha sido "un verano muy duro para la jardinería" por la falta de lluvias desde junio y las elevadas temperaturas. Creen que esta circunstancia ha empeorado la situación. Afirman que al pasar tanto tiempo y haberse secado amplias zonas será más difícil poner las zonas verdes a punto y que recuperen su aspecto original. "No es lo mismo trabajar sobre algo que está en situación regular que recuperar una jardinera o una mediana desde cero. Ahora se requerirán más fondos y más horas de trabajo", apuntan los profesionales del sector, que recuerdan que las flores y plantas de temporada que lucen en Gran Vía o en los cruces de las calles humanizadas requieren "vigilancia continua, sobre todo en primavera y verano".

Inciden también en el lastre económico que supone abandonar durante tantos meses el servicio puesto que "una vez que las malas hierbas superan en altura a la planta pequeña o no se le retiran los nuevos hijos, se acaban pudriendo y hay que comprar una nueva".

Requieren más cuidados

Respecto a la elección de especies, los biólogos son partidarios de apostar por plantas autóctonas para espacios públicos y coinciden en que si se quiere embellecer la ciudad con flores en muchos puntos distintos se requiere un celo especial en los cuidados. "El modelo actual es más sacrificado y requiere vigilancia. Igual no llega con revisar cada jardinera cada dos meses", explican.

La filosofía de las ciudades gallegas con pequeñas zonas verdes esparcidas también choca con la forma de trabajar del arquitecto y paisajista italiano Ettore Burdese, afincado en la comarca de Vigo desde hace diez años y diseñador de la zona de descanso de la World Fishing en 2009. Formado en Génova, se demuestra fiel seguidor del "jardín italiano" que apuesta por árboles de gran porte como se ven en O Castro o Castrelos y que requieren además muchos menos cuidados.

Burdese cree que en Galicia y, de forma particular, en Vigo, se realizan podas demasiado "agresivas" y que históricamente se eligieron para embellecer la ciudad árboles pequeños de no más de 2,5 metros que se dejan en 1,80 en invierno. "Para nosotros es impensable cortar todos los árboles a una misma altura. Nos gusta darles libertad. Pero es una cultura paisajística distinta". Pone el ejemplo de los plátanos, una de las especies más usadas en Vigo. Aquí se podan todos los años y explica que de esta forma "se acorta la vida de las especies. En lugar de 300 años, estos árboles se mueren a los 60", avisa.

Compartir el artículo

stats