Cuatro días después de inaugurarse, la exposición "Vigo sonríe" sufrió un primer acto vandálico. Y apenas una semana después el ataque se repetía dejando más de una veintena de fotografías rotas. Ni la iluminación de la calle ni su céntrica ubicación impidieron a unos bárbaros destrozar parte de la muestra de Javier Teniente, que tras los incidentes de este puente ya no cuenta con ninguna imagen en pie. Llueve sobre mojado y los comerciantes de Príncipe reclaman la instalación de cámaras para disuadir a los vándalos y garantizar la seguridad. "Llevamos años pidiéndolas porque nos parecen una herramienta útil para evitar hurtos y proteger las fachadas de los edificios históricos de la zona. Los últimos destrozos demuestran que tenemos razón. Las cámaras servirían también para disuadir a los descerebrados que dañan el mobiliario público", asegura Cándido Rial, presidente del Centro Comercial Abierto.

El portavoz de los comercios pone como ejemplo los circuitos cerrados de seguridad que hay en las zonas comerciales de las capitales europeas. "Es una medida habitual. En el año 2007 lo empezamos a tratar con el Ayuntamiento, primero con el PP y luego con el PSOE, y de forma más reciente se lo planteamos al subdelegado del Gobierno. Siempre sin éxito. Pero seguimos creyendo que ahorrarían dinero a los comerciantes y al Concello".

A escasos metros de las fotografías de Teniente se encuentra la escultura de Manuel Castro cuyo periódico ha tenido que ser repuesto en al menos cinco ocasiones y también fue Príncipe una de las zonas en las que más daños sufrió el alumbrado navideño con dos ataques por los que el gobierno local reclamó 700 euros en daños. En opinión de Rial, Vigo no puede permitírselo. Es consciente de que la tramitación legal de unas cámaras que pagarían los comerciantes y controlaría la Policía Local puede ser larga, pero aprovecha lo ocurrido con la muestra "Vigo sonríe" para evitar que la demanda caiga de nuevo en el olvido.

El pasado noviembre los continuos ataques a la escultura de Castro llevaron al Concello y a la Subdelegación a considerar esta alternativa. Pero fuentes municipales plantearon ayer dudas sobre la propuesta porque aseguran que las cámaras no siempre resolverían el problema al actuar muchos vándalos con el rostro cubierto.

Destrozos

Lo ocurrido en Príncipe no fue un hecho aislado. Este fin de semana se arrancaron varias señales de tráfico en María Berdiales y Cervantes y los vándalos dañaron el mobiliario urbano en el centro. Los últimos datos del Concello tras el sabotaje en noviembre al ascensor de Camelias apuntaban a un descenso del vandalismo en los últimos años. Pero pese a la mejora, el coste anual de las reparaciones sigue rondando los 320.000 euros.