Timón, el fiel compañero del jabalí Pumba, está en la ciudad. Una familia de suricatas se alojó ayer por primera vez en el VigoZoo, haciendo las delicias de los visitantes que se llevaron una grata sorpresa.

Padre, madre e hijo excavan en el montículo de tierra que ya es su hogar. Desde el alto, los mamíferos adoptan su posición más reconocible y llamativa: de pie sobre las patas traseras.

Completamente adaptados a su nuevo hábitat, las suricatas se cobijan bajo la sombra de los árboles para resguardarse del calor. Por la noche, se cuelan por un agujero para dormir en su refugio.

"Les encantan los gusanos", explica uno de los cuidadores del parque. Los gusanos de la harina, la larva de los escarabajos, son como golosinas para los pequeños animalitos. Se alimentan principalmente de ratones, pero con el calor tienen siempre al lado un cuenco con fruta. "Comen mucho porque son muy activos. De hecho, siempre los encontramos excarvando porque buscan insectos".

Procedentes del sur de África, las suricatas destacan por ser mamíferos muy sociables, como dieron muestra ayer ante los primeros visitantes del zoo. Suelen vivir en grandes colonias asociadas con mangostas y algunos roedores.

Los nuevos inquilinos del zoológico vigilan ahora desde la cima su pequeña montaña.