El plan de ayudas para rehabilitación de viviendas todavía está en su fase primaria y el 30 de noviembre expira el plazo en el que tendrían que estar ejecutadas las obras. Dada la imposibilidad de cumplirlo el alcalde anunció ayer que el Concello solicitará al Instituto Galego de Vivenda e Solo (IGVS) una prórroga de al menos un año. Además, Caballero reclama a la Xunta que participe económicamente en el plan con una participación de 786.000 euros, la misma cantidad que pone el Ayuntamiento.

La Oficina de Rehabilitación resuelve estos días las solicitudes del segundo plazo abierto para optar a las ayudas. En conjunto se presentaron 200 solicitudes, la mitad de ellas en el Casco Vello, otras treinta en Bouzas, más de 60 en la nueva Área de Rehabilitación Integral (ARI) de Coia, y solo seis en el grupo de casas de Santa Clara (Cabral), declarada ARI hace solo un año al igual que la anterior. La partida para el Casco Vello se ha agotado mientras que para las otras tres áreas aún hay fondos.

En esta convocatoria aportan el dinero el Ministerio de Fomento y el Concello, mientras que la Xunta participa en el plan pero sin cuantía económica. "La Xunta da permisos, pero no aporta un chavo. Esto de estar en los programas sin aportar recursos no nos lo tragamos, hasta aquí llegamos", mantiene Caballero, antes de exigir que el Gobierno gallego "aporte una cifra exactamente igual a la que pone el Ayuntamiento de Vigo", que incluya dicha partida en los presupuestos del año 2017, y que "lo confirme ya, antes de elecciones".

Los convenios del plan, que abarca el periodo 2013-2016, no se firmaron hasta finales de 2015. El Concello ya adjudicó 150 actuaciones, pero los propietarios deben presentar proyecto y pedir licencia, con lo que es materialmente imposible cumplir los plazos.

Las subvenciones cubren el 35% del coste de las obras hasta un máximo de 11.000 euros. Hasta ahora se han firmado catorce convenios de rehabilitación en el Casco Vello, declarado ARI en 1997, y ocho en Bouzas, que cuenta con esta figura desde 2003. El polígono de Coia -con 360 pisos entre las calles Moaña, Bueu y Vilagarcía- entra por primera vez en la convocatoria, al igual que el grupo de casas de Santa Clara, construidas en su momento para los empleados del antiguo Grupos de Empresas Álvarez (GEA).