Un año más los seguidores del Cristo de la Victoria vuelven a renovar su devoción en un multitudinario descendimiento de la imagen. La imagen ya reposa junto al Altar Mayor como cada primer fin de semana de agosto. Cientos de fieles se reunieron en una Concatedral abarrotada para honrar a su patrón. Los balbuceos cesaron en cuanto los costaleros y encargados de descender el Cristo entraron por la Colegiata y tornaron en un sonoro aplauso. Tres costaleros se encargaron de sujetar y anclar bien la imagen justo antes de bajarla. Los feligreses, emocionados ante el tradicional descendimiento, mostraron sus cariños al santo acariciándolo con pañuelos y estampas mientras recitaban a viva voz su himno. Multitud de personas tuvieron que conformarse con ver este tradicional acto y la anterior misa desde una pantalla gigante colocada en el exterior del templo.

Horas antes, en el parque de Castrelos, José María Fonseca, pregonero este año de las fiestas, ensalzó los valores de un Cristo de la Victoria que simboliza "la unión del pueblo de Vigo". Mañana será el día grande, con la procesión, que recorrerá el corazón de Vigo a partir de las 19.30 horas a pesar del calor que se espera.