- ¿Con qué mensaje convencería a quienes defienden la salida de la UE?
-Decisiones como el Brexit no tienen base racional. Cuando la gente pierde la seguridad de su trabajo se vuelve más vulnerable a los mensajes populistas de autoprotección. Pero hay que destacar que votaron por la salida las zonas más rurales y la gente menos formada. Es significativo que Londres apoyara quedarse en la UE. Debemos tener claro que sin unidad, Europa sería un continente irrelevante frente a China o EEUU. La única forma de ganar peso en la esfera global es con una UE fuerte. No solo la Eurozona, sino también los 28. Si sumamos los PIB de todos seríamos la segunda potencia mundial.
- ¿Cuál es su receta?
-Más Europa. Necesitamos una Europa fuerte con un gobierno económico con bases democráticas y no consejos informales de ministros sin actas ni normativa que condicionan las políticas internas de los países y la vida de la gente. Y se deben priorizar las políticas sociales. No podemos permitir que haya países miembro sin cobertura sanitaria. Europa tiene que volver a descansar sobre los principios de libertad e igualdad y esa es la mejor oferta contra los populismos interesados.
- ¿Es real el fantasma de la desintegración?
-Sin duda. Hay que decirle a la gente que es posible que desaparezca la actual UE porque hay tensiones muy fuertes que presionan por la desintegración y ese sería el peor de los escenarios. Sería retroceder un siglo y volver al XIX.
- ¿Cuánto tiempo podrían llevar estos cambios?
-Una década como mínimo.
