La festividad del Cristo de la Victoria tiene momentos espectaculares como la procesión, en la que mile y miles de personas caminan detrás del Cristo. Y también tiene otros de gran recogimiento pero igual emoción como es la misa de los enfermos que se celebró ayer en la Concatedral a las cinco y media de la tarde, oficiada por el obispo de Tui-Vigo, monseñor Luis Quinteiro Fiuza.

Los devotos acudieron al templo para pedir por su salud o la de sus familiares. También para agradecer curaciones ya concedidas y cumplir promesas realizadas al Santo.

Los feligreses mostraron su fe con las ofrendas y rezos en un oficio en el que los enfermos están presentes en cada lectura y también físicamente. Los oficios continúan hoy con la misa de las doce de la mañana. A las siete y media tendrá lugar la novena y tras concluir se celebra la imposición de medallas a los nuevos cofrades.