Cada temporada en la tienda Stylmark se esforzaban en adivinar el color que se iba a llevar la siguiente temporada. "Para eso nos fijábamos en Nueva York, París, Milán, Saint-Tropez", recuerda su dueño, Javier Barral. Tras 45 años adelantándose a la moda, vistiendo al hombre en sus mejores ocasiones, ha echado el cierre. "Siento que formamos parte de la historia moderna de Vigo", confiesa el fundador.
A sus 74 años Barral ha decidido jubilarse. "Aguanté desde los 65 porque tenía el mismo entusiasmo y la mismo nitidez para escoger que al principio", asevera. Pero en algún momento había que ponerle fin a su vida laboral y eso fue hace apenas mes y medio. Su hijo, músico como su abuelo, ha preferido no seguir los pasos de la moda.
Barral nació en Coruña, pero la vida lo trajo hasta Vigo, donde comenzó a trabajar en una fábrica de pantalones. Allí empezó su despegue profesional y en el año 1971 inauguró Stylmark, en la calle Eduardo Iglesias, que se convertiría en referencia de estilo en la ciudad.
Sus años en la tienda los recuerda "con mucho cariño, entusiasmo y devoción" porque lo "era todo" para él. Reconocido por sus escaparates, explica que cada uno de ellos intentaba transmitir una historia cotidiana pero también llena de fantasía. Su primera etapa también estuvo marcada por los desfiles en plena movida viguesa. El teatro García Barbón o la antigua sala Olimpia eran los escenarios de un evento que reunía a cientos de personas.
La búsqueda de frescura fue otro de los imperativos en el trabajo de Barral, que también trabajó para Adolfo Domínguez durante 12 años como diseñador freelance. Las nuevas marcas llegaban a través de su tienda. "Se sentía una emoción en cada hallazgo similar a la de tener un hijo", enfatiza.
Con sus clientes ha mantenido una relación cercana que los llevó a celebrar juntos sus primeros 25 años plantando mil árboles en un monte comunal cercano a la Universidad. "Invitamos a padres e hijos, a abuelos y nietos". En unas Navidades enviaron a 5.000 clientes semillas de tulipanes que, plantados en diciembre, florecieron en primavera. Con la colaboración del pintor Luis Alcántara, regalaron miles de grabados que los vigueses enmarcaron en sus casas. "Agradecemos la fidelidad de tantas familias de Vigo y Galicia de las cuales guardo gratos momentos".
Cliente real
Entre sus clientes destaca el rey Felipe, cuando todavía era príncipe. Durante una de sus estancias en Marín visitó la tienda, donde compró regalos para sus amigos. También el novel José Saramago confió en el gusto de Barral para los trajes. "Lo vestimos para su última boda", señala.
La vida de Stylmark es la de Barral, dedicado a la moda de hombre y a sus clientes. Y no se olvida de los que lo han acompañado en el camino. "Un excepcional equipo humano que se convirtieron en grandes consejeros de moda y que lograron cotas de tan alto prestigio, muchos de ellos hoy son además amigos".
