Tras varios meses de incógnitas se ha desvelado cuál será el destino del hotel Samil: continuará acogiendo visitantes. El Concello ha anunciado que en uno o dos meses tendrá listos los pliegos que regirán la nueva concesión de este edificio, clausurado hace ya un año. El documento exigirá que la estética sea "totalmente diferente" y se adecue al espacio en el que se encuentra. Mientras tanto, se ha abierto de manera gratuita el aparcamiento del recinto.

"Vigo necesita un hotel en la playa de Samil", afirmó ayer el alcalde, Abel Caballero, a los pies del inmueble. El Concello quiere mantener su uso porque, según explicó el regidor, la vocación turística de la ciudad no puede desperdiciar un hotel en primera línea de playa y con unas vistas inmejorables de las Islas Cíes.

Pero lo que no quiere conservar es su estética, que Caballero llegó a calificar de "calamidad" porque arquitectónicamente "es horrible". "Vamos a exigir una inversión muy fuerte", aseveró. El propio alcalde confirmó que a día de hoy ninguna empresa se ha interesado por el hotel; sin embargo, mostró su confianza en el éxito del proyecto. La empresa que obtenga la concesión podrá reformar o incluso demoler el edificio si así lo desea, siempre que la construcción final sea un hotel. El objetivo es que el edificio se modernice a la vez que cumple con los requisitos medioambientales actuales.

Mientras el proyecto sigue su curso, el aparcamiento que pertenece a este espacio se abrió ayer al público de manera gratuita y durante todo el verano. El Concello ha invertido 44.000 para arreglar el muro que lo delimita y que amenazaba con venirse abajo. El recinto tiene espacio para 60 coches y 20 motos.

Cincuenta años de historia

La concesión del hotel, que recaía sobre la cadena HLG, expiró el pasado marzo después de 50 años funcionando como hospedaje. La empresa llegó a solicitar en 2005 la ampliación de la gestión para realizar una inversión en el inmueble, pero el Gobierno municipal de la época la rechazó porque no se recogía en los pliegos originales. Comenzó entonces a sufrir una serie de pequeñas reformas para mantener la categoría de cuatro estrellas con la que operaba, pero la empresa se vio obligado a cerrar algunos meses de invierno para no sufrir pérdidas.

El inmueble se construyó a finales de los años 60, cuando la playa de Samil todavía conservaba las dunas que el Gobierno municipal anunció que recuperaría con un proyecto que parece haber quedado aparcado. Consta de 135 habitaciones, repartidas en 10 plantas, además de los espacios comunes, como la piscina o la cancha de tenis, que se sigue utilizando. En total son más de 10.500 metros cuadrados.

Tras su cierre, el Concello puso vigilancia 24 horas para evitar que sufriera daños y la mantendrá hasta que alguna empresa se haga cargo de él.