"La prueba pone de manifiesto que el accidente no tuvo lugar; hubo un evidente ánimo de lucro". Éstas fueron algunas de las palabras pronunciadas por la fiscal en su informe final en el juicio en la Audiencia viguesa a 8 acusados de simular una colisión entre dos coches para cobrar de la compañía de seguros indemnizaciones por daños y lesiones. Aunque los imputados negaron un acuerdo, alegando que el siniestro existió, el Ministerio Público mantuvo su petición de un año de cárcel y multa de 2.160 euros por delito de estafa. La aseguradora Balumba ejerce la acusación particular y las defensas piden la absolución. Alguna planteó que de forma subsidiaria en caso de condena concurriría la atenuante de dilaciones indebidas.

La última sesión de la vista se celebró ayer con la comparecencia de dos testigos, encargados de talleres a los que se llevaron los turismos. Uno de estos testigos protagonizó la anécdota de la jornada: aunque no llevaba ni DNI ni ninguna otra tarjeta identificativa, pudo comparecer ya que tenía una foto del documento escaneado en su teléfono móvil, lo que el tribunal dio por válido.

La fiscal, en sus conclusiones, dijo que la prueba de cargo "fundamental" es el informe técnico pericial. Entre los indicios de que el accidente es falso, señaló que no hay "concordancia" entre los daños de los dos coches. Y que 7 de los 8 ocupantes resultaron heridos -la única ilesa, dijo, es precisamente la que no tenía cobertura del seguro-. También expuso que varios acusados tenían lesiones de anteriores siniestros.