Los Reyes de España estuvieron cuatro horas durante su visita oficial a Vigo el 26 de julio de 1976. Hace cuarenta años que la actual Casa Consistorial se inauguró de forma oficial. Los monarcas llegaron en helicóptero al puerto vigués y después se desplazaron a la Praza do Rei, el lugar donde se ubica el edificio. Precisamente el nombre de la plaza había sido cambiado tras un acuerdo municipal pocos días antes. Fueron recibidos por Joaquín García Picher, el alcalde. El regidor municipal realizó un amplio discurso en el que incluso pronunció algunas palabras en gallego. En su alocución destacaron varias referencias, como las deficientes infraestructuras de la ciudad, la falta de puestos escolares y también la necesidad de que Vigo fuera la sede de la Escuela de Tecnología Pesquera. Por lo tanto, el tono fue reivindicativo.
El Rey Juan Carlos también se refirió a la necesidad de ayudar a la ciudad con más impulso y dinamismo de Galicia. Ambos pronunciaron las palabras ante más de 60.000 personas. Una vez que finalizó el acto, el Rey y la Reina abandonaron la casa consistorial y se encontraron con las protestas de los trabajadores del puerto y de la empresa Breslok. Se detuvieron para hablar con ellos durante diez minutos, cuentan las crónicas de la época. Después se desplazaron al Pazo Quiñones de León, donde se sirvió la comida.
El nuevo ayuntamiento fue inaugurado, pero no estaba listo para ser utilizado. Los funcionarios y el alcalde se incorporaron un año más tarde debido al notable retraso de las obras. Cuenta con doce plantas y dos sótanos. Según los datos oficiales, dispone de una superficie útil de casi 15.000 metros cuadrados. Su construcción fue una constante sucesión de problemas, sobre todo financieros. Con Antonio Ramilo como alcalde en 1971, se aprueba primero el anteproyecto. Un mes antes, el regidor municipal lo había presentado como "el hogar de todos los vigueses".
El 19 de abril de 1972 se inició la construcción del edificio con la colocación de la primera piedra. Un acto con banda de música, presencia de multitud de autoridades. En el lugar también se encuentra enterrada una caja con los periódicos del día, el documento que acordaba su construcción, el plan diseñado por el ayuntamiento y 1.781 pesetas. Ya por aquella época, el edificio era considerado polémico por su ubicación y también por el diseño. No se conoce con certeza su autor, ya que el documento oficial fue firmado por el Colegio de Arquitectos de Vigo. Las voces críticas le señalaron durante mucho tiempo como un edificio que rompía la estética de la ciudad. También obligó, según algunos historiadores, a destruir parte de las murallas del castillo de San Sebastián.
Se calculaba que las obras durarían 36 meses, es decir, tres años. Pero se alargaron por muchos motivos. El presupuesto inicial era de 92 millones de pesetas, pero fue aumentando poco a poco. Nunca se conoció la cifra exacta, pero se especula que fueron más de 300 millones de pesetas los que hicieron falta para terminar la obra. El Ayuntamiento de Vigo, que también afrontaba dificultades financieras en aquella época, tuvo que solicitar varios créditos a algunos bancos para hacer frente a los pagos.
Después de su inauguración oficial, se aceleraron las obras para terminarlo. Pero se tuvo que esperar un año para que los funcionarios y el alcalde abandonaran el edificio en la Plaza de la Constitución. Esa sede municipal había sido construida en 1859 y, según Joaquín García Picher, sería destinada a acoger actos culturales.
