GALERÍA | El artista Antón Pulido ensalza el potencial de Vigo en el Día de Galicia. // Ricardo Grobas

Los jardines del Pazo Museo Quiñones de León arroparon ayer a 500 personas que acudieron a celebrar el Día de Galicia. "Algo tiene esta tierra", comenzó a recitar el pintor Antón Pulido, encargado le leer el bando este año. El artista evocó las virtudes de Galicia, basándose en su paisaje, historia, gentes y lengua; también las de su "motor", Vigo, y apostó por un futuro que mejore la senda recorrida. "A mi ya me encanta recordar lo que está por venir, lo mucho y bueno que está por venir", recalcó. En el alcto también compareció el, Abel Caballero, que acudió acompañado de su equipo de gobierno y de la presidenta de la Diputación, Carmela Silva. También asistieron los miembros del PP y Marea.

Pulido arrancó su discurso recordando que, a pesar de no ser vigués de nacimiento, esta es la ciudad que escogió para vivir, de ahí que se sintiera "honrado" de poder celebrar el Día de Galicia en la ciudad olívica. "Esta Galicia, pétrea, campesina, marinera, abierta, hospitalaria y solidaria, creativa, florida, bella, viva, moderna", aseveró.

El recorrido del artista por las virtudes de la tierra comenzó en el Camino de Santiago, "que atrae a millones de peregrinos de todo el mundo"; continuó por la vocación marinera y descubridora de su gente, que hace que el gallego sea "una de las lenguas más habladas en el mar"; por su paisaje y color, "un estímulo de la sensibilidad"; una tierra que dio "seres humanos excepcionales", coma Sarmiento, Rosalía, Pondal, Curros, Castelao, Pedrayo o Cunqueiro.

VÍDEO | Así fue el acto del Día de Galicia en los jardines de Castrelos. // A. Nogueira

"Algo tiene esta tierra, cuando tanto poder y tantos siglos no impidieron que la lengua gallega corra de norte a sur, de ricos a pobres y de viejos a jóvenes", subrayó Pulido. Recordó que, aún llegando a ser símbolo de marginación en un periodo reciente de la historia, la lengua gallega fue elegida por Martín Códax y Mendiño para cantar al mar de Vigo y que fue a través de ella cómo llegó la autonomía y democracia a esta tierra. "Es nuestro tesoro, nosotros no escodemos la condición lingüística, si no que la levantamos con garbo entre las lenguas del mundo como una más, y como condición inexcusable de un progreso que merece ese nombre".

En el centro de esa Galicia férrea situó a Vigo; "una ciudad erigida para acariciar el viento". Vigo como "epicentro", como nexo entre los pueblos y los sentimientos. "Una ciudad cada vez más humana, más hermosa, más moderna y más colorista", resumió.

Siguiendo la senda de la historia gallega, Pulido auguró un futuro de sueños y sentimientos impulsados por los recursos, el ingenio, la tierra, el mar, el arte y la lengua. "Somos un pueblo bien definido, orgullo de ser gallegos".

El acto lo cerró el himno gallego, interpretado por un cuarteto de la Orquesta Vigo 430, que previamente deleitó a los asistentes con otras piezas clásicas.