Portugal ha decidido excluir al norte de la rebaja de peajes que aplicará en sus autovías a partir de agosto, coincidiendo con los viajes de vacaciones de miles de turistas. El Diário da República (el equivalente luso del BOE) desveló ayer que desde el 1 de agosto se aplicará un descuento del 15% en cinco autovías repartidas por el interior y el sur de Portugal: la A-4, entre Amarante y Bragança; la A-22, entre Lagos y Vila Real de Santo António; la A-23, entre Torres Novas y Guarda; la A-24, entre Viseu y Chaves; y la A-25, entre Albergaria a Velha y Vilar Formoso. La lista se olvida de la A-28, que es la autovía que se extiende entre la frontera con Galicia y Oporto y por la que circulan a diario cientos de conductores vigueses para viajar a Portugal.
La decisión de dejar a la región fronteriza al margen de la rebaja de tasas provocó la indignación de los empresarios del norte luso. En declaraciones a Rádio Alto Minho, el presidente de la Associação Empresarial de Viana do Castelo (AEVC), Luís Ceia, cargaba ayer contra la decisión del Ejecutivo portugués.
"Es inconcebible que la autovía A-28 haya quedado fuera de estos descuentos", lamentó Ceia, portavoz de unos 1.300 negocios del norte y quien recuerda que la zona del Alto Miño "está aún muy lejos de los parámetros de desarrollo deseables". "Necesitamos que nos ayuden y no nos coloquen obstáculos en nuestra actividad", zanja.
La decisión del Gobierno luso llega apenas dos meses después de que haya trascendido un informe oficial -elaborado por Infraestruturas de Portugal- en el que se concluye que si se rebajan los peajes aumentará la recaudación. El estudio razona que al abaratarse las tasas se incrementará el número de desplazamientos y, en consecuencia, también la caja. En la A-23 y la A-22, por ejemplo, se estimaba que una rebaja del 15% supondría que cada una de ellas generarían más de cinco millones de euros.
Ese repunte de facturación se daría en todas las autovías analizadas menos en dos, la A-4 y la A-28, que según los expertos de Infraestuturas de Portugal reaccionarían a una bajada de las tasas con un descenso de la recaudación. Con ese "diagnóstico" sobre la mesa el Gobierno luso ha decidido aplicar una rebaja del 15% en un tramo de la A-4 y excluir a la A-28.
La autovía entre Galicia y Oporto fue una de las primeras en las que Portugal aplicó su sistema de telepeajes, a finales de 2010. La decisión de gravar el uso del vial -empleando además un complejo sistema de "pórticos"- provocó el rechazo unánime a ambos lados del Miño. Empresarios y conductores del sur de Galicia y el norte de Portugal se unieron para reclamar que se eliminase la tasa o, por lo menos, se facilitase el sistema de pago.
El "telepeaje" ocasionó un desplome del tráfico en la A-28, que solo dos años después ya recibía un 30% menos de vehículos. En la actualidad la tasa de ida y vuelta a Oporto es de 7,4 euros para turismos y de hasta 18,5 para camiones.
