Los derechos de propiedad intelectual se han convertido desde hace varios años en defensa prioritaria para autores y sociedades. La mecha la prendió la SGAE (Sociedad General de Autores y Editores) demandando a pubs, discotecas, peluquerías o incluso gimnasios al no abonar el canon por la reproducción de música protegida en estos establecimientos. Pero no solo sobre cantantes y artistas versan estos derechos. Como reveló FARO, el Juzgado de lo Mercantil de Vigo, encargado de todos los pleitos vinculados con los derechos de autor, comenzó a tramitar las primeras tres denuncias a copisterías viguesas por la presunta reproducción ilegal de libros, obras y manuales vulnerando con ello los derechos de autor.
CEDRO (Centro de Derechos Reprográficos) es la parte demandante en estos requerimientos. Los dueños de copisterías reconocen que desde el último año las visitas de inspectores - más para advertir o controlar que multar - se han vuelto "constantes". "Recuerdo que hace tiempo venían una vez al año para recordarte qué podías hacer y qué no, sin embargo ahora los encuentras con más frecuencia", reconoce Sergio Penín, dueño de un local de impresión en Coia. Desde que emprendió este negocio ha decidido pagar el canon íntegro que le permite una reproducción total de las obras. "No suele ser muy frecuente encontrarte con estas licencias, pero yo lo tuve claro. Es que además, en caso de que no quieras pagar por el permiso, que estás en tu derecho, te envían detectives camuflados a ver si es verdad que no fotocopias libros", admite este empresario vigués. En su caso, tiene total privilegio para copiar la totalidad de cualquier obra, manual o incluso partitura musical.
Son pocas las copisterías en la ciudad olívica que cuentan con esta licencia total - que se renueva anualmente -para la fotocopia de obras. Lo común es poseer un permiso que permite únicamente reproducir el 10% de la misma. Moncho, dueño de un establecimiento de impresiones en calle Urzáiz, reconoce que siempre se han decantado por este formato de licencia para "defender el trabajo de los autores". "Nosotros solo podemos fotocopiar un 10% del libro o manual que nos traigan. Sí es verdad que últimamente hay mucho más control, pero es entendible que estén sujetas a unas normas. Es lo justo, hay que cumplir con la normativa", explica el dueño del local, quien admite que no todos los negocios cumplen con este reglamento. "Desde que se intensificaron los controles ya no tanto, pero antes sí existían muchas copisterías que fotocopiaban de forma indiscriminada", asevera Moncho.
Broncas de clientes
Y es que muchos son los clientes que ante la negativa de los copistas a fotocopiar libros han mostrado con ellos su peor cara. "La gente ha llegado a cabrearse por no querer copiar los libros o revistas que nos dan. Nuestro caso va más allá del simple derecho a fotocopiar o no", reconocen los dos socios de "Formato Dixital". David García y Lorenzo Fernández son los dueños del establecimiento y en él no está permitida "la copia total o parcial de libros". "Creemos que se trata de un canon revolucionario, así que ni el 100 ni el 10%, aquí no se fotocopian libros", aseveran.
Fernández apunta que no se trata de un "pago razonable" que desde su negocio se han negado a hacer. "Avisamos ya al cliente con un papel porque no queremos llevarnos malas caras de nadie" , alega el socio de la tienda. Reconoce además que las denuncias de CEDRO son demasiado abusivas llegando incluso a provocar "el cierre de varios locales". "En las zonas alejadas a la Universidad o centros educativos tampoco es necesario tener el canon, es el estudiantado quien más lo reclama", señalan.
Esta parcialidad en las obras o libros se determina normalmente por el número de páginas y en el caso de las revistas o diarios, por artículos, explica Gabriel Ramos, empleado de Imprebor.
La proximidad a la Universidad define el coste de la licencia
- No existe un estándar económico en cuando a la concesión de los permisos de reproducción de obras. En el caso de solicitar una licencia total se tienen en cuenta dos aspectos básicos: la proximidad a una Universidad y la cantidad de máquinas o equipos del establecimiento. Si éste está ubicado en una localidad sin centros universitarios, la licencia es mucho más barata que en zonas donde sí haya universidad. Hasta si la copistería comparte el mismo código postal, el precio se dispara.El mínimo a pagar son 340,95 euros, correspondiente a poseer entre 1 y 2 equipos y residir en una localidad sin centro universitario; y el máximo, que supone tener 6 o más máquinas y estar situado junto a una Universidad suman 1.555,65 euros. Estas licencias son de carácter anual y deben renovarse a principios de año.
Los centros escolares no están exentos de los pagos
- Al igual que copisterías y librerías, los centros de enseñanza, de cualquier grado o especialidad - educación infantil, Primaria, Secundaria, Bachillerato, ciclos formativos, centros de enseñanza de Grado y Postgrado...- tienen que hacer frente al pago del canon para la reproducción de obras y libros. La tarifa para reproducciones efectuadas mediante fotocopia en éstos últimos es de 4,12 euros por alumno y año académico. En el caso de los centros de Secundaria y Bachillerato la tarifa se sitúa en 2,88 euros por alumno y año. Y en los centros de Primaria e Infantil, esta alcanza de 1,66 euros por alumno y año lectivo.En los centros de enseñanza no reglada y Escuelas Oficiales de Idiomas, la remuneración anual se determina en función del número de alumnos matriculados.
Gabriel Ramos | Empleado "Imprebor"
"Si no quieres licencias, aléjate de las escuelas"
David García | Socio "Formato Dixital"
"Se han cerrado locales por copias ilícitas"
Sergio Penín | Dueño "Cophystería"
"Desde CEDRO controlan más que multan"
