En materia de derechos de propiedad intelectual la inmensa mayoría de las demandas que tramita el Juzgado de lo Mercantil de Vigo, la sala competente en la ciudad olívica para este tipo de asuntos, son las formalizadas por la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) contra pubs, discotecas, bares, hoteles o en los últimos tiempos también gimnasios que no abonan el canon por la reproducción en estos establecimientos de música protegida. Pero en ocasiones hay casos que se escapan de la regla general. Ocurrió ya por ejemplo hace unos años cuando otro colectivo, AISGE, el que gestiona los derechos de artistas audiovisuales, sobre todo actores, litigó contra centros sanitarios privados de la urbe exigiendo una tarifa por el uso de los televisores que hay en las habitaciones de los pacientes. Y ahora el mismo tribunal ha registrado las primeras demandas de otra entidad, el Centro Español de Derechos Reprográficos (CEDRO): es la asociación de autores y editores de libros, revistas y periódicos y los pleitos los dirige contra tres copisterías por presunta reproducción ilícita de libros y manuales fundamentalmente técnicos y académicos, vulnerando con ellos los derechos de autor. El colectivo, como en otros procesos judiciales que ha tenido en distintos puntos de España, hizo uso de detectives privados para destapar la supuesta actividad ilícita de fotocopiado de los volúmenes.
"Las fotocopias nunca pueden sustituir a una obra original", afirman fuentes de CEDRO, colectivo que presentó estas demandas y que se encarga de gestionar y defender de forma colectiva los derechos de propiedad intelectual que se derivan de la utilización secundaria (como la reproducción, distribución o comunicación pública) de las publicaciones ya editadas. Su objetivo, señalan, es "facilitar" y "promover" el uso legal de las obras protegidas.
Aunque desde este colectivo recalcan que en la ciudad olívica, igual que en el resto de España, llevan "desde siempre" recurriendo a los tribunales si detectan "que se vulneran" los derechos de sus socios, lo cierto es que al menos en el juzgado vigués competente en la materia han registrado este año por primera vez desde su creación demandas promovidas por esta asociación, concretamente tres. Se trata de pleitos contra establecimientos reprográficos por realizar fotocopias de libros.
Al menos en algunos de los casos se trata de libros y manuales de corte técnico o con materia política enfocados a estudiantes y a la formación en general. Lo que no trascendió es si se trata de copisterías que tenían la preceptiva licencia pero que se excedieron del límite permitido en la reproducción de libros o que directamente carecían de este permiso. La primera de las demandas ya fue presentada hace unos meses. No fue necesario celebrar juicio, ya que la asociación y el establecimiento denunciado llegaron a un acuerdo en virtud del cual este último abonó unos 4.000 euros. Los otros dos casos se registraron recientemente.
Vía judicial
¿Cuándo acude CEDRO a la vía judicial en materia de derechos de autor? "Nosotros demandamos por dos motivos", explican las fuentes consultadas del colectivo. Uno de ellos es, explican, "cuando existe constancia y pruebas de que de forma reiterada se están fotocopiando obras de nuestros socios sin autorización". Y el segundo, agregan, es el caso de aquellos establecimientos que, disponiendo de la licencia, "superan sin embargo el límite permitido". "Y lo hacemos cuando comprobamos que es una actividad continua y habitual", dicen.
Gran parte de los casos que llegan a los tribunales lo hacen después de que se detecte la reproducción irregular de manuales de temática científico y/o técnica y también de otras publicaciones centradas en la formación y gestión. "Son muchas veces volúmenes vinculados al ámbito educativo y a la enseñanza en colegios o universidades; incluso también de formación en el ámbito empresarial", especifican al respecto.
Lo casos más frecuentes que se topan son de libros, pero CEDRO, que también representa a autores y editores de revistas, afirma que estas últimas "también son muy fotocopiadas". "Por ejemplo revistas técnicas u otras enfocadas a los viajes, la cocina, el punto de cruz...", concretan. La reproducción de periódicos, concluyen, sí que es "muy residual".
Casi 40 establecimientos vigueses tienen la licencia que permite reproducir el 10% de la obra
- ¿Cuántas copisterías disponen de licencia en la ciudad para reproducir de forma lícita libros u otras publicaciones protegidas por los derechos de autor? Según CEDRO, que es la entidad que gestiona estas autorizaciones, en Vigo hay un total de 39 establecimientos que disponen del permiso. En toda Galicia la cifra se eleva a 339 y en el conjunto de España superan los 3.000.El sistema de licencias que gestiona CEDRO enfocadas a distintos ámbitos como el de las empresas y también "en entornos educativos e instituciones" permiten, según consta en la web de la asociación, fotocopiar o digitalizar las obras de las que disponen en su "repertorio". ¿Qué condiciones tienen esos permisos? Una de ellas es la licencia anual, una autorización que permite fotocopiar la extensión equivalente al 10% de un libro o, en el caso de revistas y periódicos, únicamente un artículo. "Esta licencia anual nunca autoriza a copiar el 100% de la obra; si existe esa necesidad hay que disponer de la autorización del titular de los derechos y siempre para casos excepcionales como que la obra ya no se encuentre en el mercado o esté agotada", afirman.Junto a la licencia anual general existe lo que se denomina licencia por uso, que es un permiso para utilizar un texto de forma ocasional. Son autorizaciones, se señala en su página en internet, que van desde el fotocopiado o la grabación en USB hasta el permiso para usar ese texto en "presentaciones" o incluirlo "en lecturas".
