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La herencia del conocimiento

El catedrático Rodríguez Ennes dona su biblioteca a la universidad

El catedrático de Derecho Romano Luis Rodríguez Ennes atesora en su casa de Armenteira una extensa y multidisciplinar biblioteca que donará de forma íntegra a la Universidad de Vigo

Tuvo "la fortuna" de especializarse en una "asignatura universal", el Derecho Romano, una suerte de pasaporte que le ha permitido viajar por todo el mundo y aprender varios idiomas para ampliar sus conocimientos no solo jurídicos, sino también de Historia, Filosofía o Literatura. Toda esta riqueza académica y vital se plasma en la biblioteca que el catedrático Luis Rodríguez Ennes (A Coruña, 1946) ha ido nutriendo desde hace décadas, como el lector impenitente que reconoce ser, en su casa de Armenteira. Una colección que legará de forma íntegra e indivisible a la Universidad de Vigo, en la que suma casi 30 años como investigador y docente y a la que seguirá prestando sus servicios como emérito a partir del próximo curso.

La colección suma decenas de miles de ejemplares, alrededor de 15.000 según cálculos realizados a partir de su superficie, que se acumulan sobre los atestados anaqueles formando dobles hileras.

VER VÍDEO | FARO entra en la biblioteca de Luis Rodríguez Ennes. // Sandra Penelas

Los manuales jurídicos, entre ellos numerosos ejemplares del siglo XVII, comparten espacio con libros de cartografía y fotografía antiguas, biografías de sus admirados Churchill y Napoleón, catálogos de grandes artistas como Leopoldo Nóvoa, del que fue amigo, ediciones de clásicos latinos adquiridas en librerías de viejo de todo el mundo, libros de egiptología, ensayos de Ortega y Gasset o las obras completas de Rosalía, Cunqueiro y Valle Inclán, además de muchos otros autores de diferentes épocas y movimientos.

Una extensa y "muy vivida" biblioteca que el catedrático tiene organizada en su cabeza y que donará al campus de Ourense como así figura en su testamento. Su antiguo discípulo Jaime Cabeza -"El mejor alumno que he tenido", dice orgulloso- es uno de los albaceas que deberá garantizar que se cumple su voluntad a igual que Concha Martínez, la secretaria de la Facultad de Derecho de la ciudad de As Burgas, que le acaba de nombrar decano honorífico, y Raquel Fernández, jefa de asuntos económicos.

"La biblioteca forma parte de la personalidad de uno. Reúne toda tu trayectoria y tus gustos y yo la dono a la Universidad con la condición de que se mantenga unida, porque si se desperdiga perdería su sentido", sostiene.

Volumen editado en 1778 que recoge la obra del sacerdote y jurista Van Espen sobre Derecho Romano y Canónico. /R. Grobas

A pesar de contar con una réplica del popular cartel salmantino sobre el peligro de excomunión para quien robe libros, Rodríguez Ennes también ha sufrido algún que otro préstamo sin retorno. Su biblioteca se dispone en tres espacios y en el último, donde tiene el escritorio de trabajo, ocupan un lugar destacado los retratos del padre Sarmiento y del padre Feijóo, al que considera el gran referente de Galicia.

Completan el conjunto un grabado original del siglo XVIII que muestra una escena de la redacción de la Enciclopedia francesa y un divertido montaje en el que el propio catedrático aparece junto a las dos grandes figuras de la Ilustración.

Al pensador ourensano le dedica precisamente el último de los 17 libros que lleva publicados hasta el momento. Rodríguez Ennes aborda por primera vez desde una perspectiva jurídica la obra del padre Feijóo, quien abordó temas que continúan vigentes más de 200 años después.

"Él es el primer ilustrado que aporta en España las ideas nuevas de Europa y toca temas relacionados con la religión, el derecho, la enseñanza universitaria, la astronomía, la física, la medicina, los derechos de la mujer e incluso la lentitud de la justicia. Hay cosas de lo más sorprendentes como la defensa que hace de los suicidas para que tengan un entierro eclesiástico, lo que no fue permitido hasta 1983", subraya.

Gregorio Marañón ingresó en 1934 en la Real Academia de la Lengua con un discurso dedicado a las ideas biológicas del padre Feijóo. Su ensayo, junto con otras obras del destacado médico y humanista, también pueden encontrarse en Armenteira. "Era un fuera de serie. Se llamaba a sí mismo trapero del tiempo porque lo aprovechaba mucho y yo hago lo mismo. Duermo muy poco y por eso me cunden las horas mucho más para poder hacer cosas", asegura.

Adentrarse en esta biblioteca implica un viaje por los autores de las diferentes épocas y también por los paisajes del planeta. Postales, fotografías y otros recuerdos de sus estancias en Brasil, Argentina, Alemania, Noruega e incluso en la Antártida, que pudo visitar en dos ocasiones, salpican los estantes junto a retratos de su infancia, instantáneas familiares y otras en las que aparece con juristas destacados como Peces-Barba, al que también le unió una gran amistad, o personajes ilustres como Mário Soares, al que invitó al campus ourensano cuando era presidente de la República portuguesa.

Autos españoles del siglo XVII. // R. Grobas

La intención de Rodríguez Ennes es legar la biblioteca en su estado actual, incluidas las maquetas de barcos que surcan los anaqueles y los mapas centenarios que ocupan la estancia central de la biblioteca, donde se encuentra el fondo antiguo. La sala acoge un piano de herencia familiar y sobre sus muros de piedra destacan un original de 1628 del primer mapa de Galicia realizado por Fernando Ojea y comprado en Ámsterdam, otro del siglo XVII de Oxford y un tercer grabado de la Península datado en el XVIII.

La estancia alberga una valiosa colección de libros en latín de los siglos XVI y XVII que pertenecieron a su bisabuelo y a su tatarabuelo, quienes también estudiaron Derecho.

Junto a la zona de trabajo, Rodríguez Ennes expone la Cruz de Honor de San Raimundo de Peñafort que le fue otorgada en 2001 y las medallas que lo acreditan como miembro de la Real Academia de la Historia y de la Real Academia de Jurisprudencia, así como de la de Galicia, además de otras sociedades europeas e iberoamericanas.

Varios bustos de Napoleón contemplan las condecoraciones de Rodríguez Ennes, que inició su admiración por el militar francés cuando realizó una estancia en París en los años 70 mientras trabaja en su tesis doctoral, que versó sobre la adopción.

"Esta figura legal desapareció después de los romanos y no se vuelve a encontrar hasta el Código de Napoleón. Yo pude ver las actas originales y ahí empecé a darme cuenta de que fue un legislador extraordinario. Si en España se hubiesen quedado los franceses en lugar del lamentable Fernando VII se habrían creado universidades y hoy no habría reinos de taifas", reflexiona.

Por eso, entre sus objetos más valiosos, Rodríguez Ennes muestra con orgullo un colmillo de cachalote en el que alguien grabó en 1815 a Napoleón y que su mujer, la catedrática de Lengua Isabel Blanco, adquirió en el mercado londinense de Portobello para regalárselo.

Una de sus lecturas más recientes del jurista ha sido la biografía del general galo realizada por Andrew Roberts. "La terminé el otro día y es la mejor, sin duda. ¡Y mira que no me habré leído unas cuantas!", comenta divertido.

Edición del siglo VIII sobre Virgilio. // R. Grobas

Igual o mayor fascinación siente el catedrático por Churchill, al que considera "el mejor político del siglo XX". Otro dirigente que se puede encontrar en su biblioteca es Azaña, del que ha reunido la obra completa, así como distintas semblanzas sobre Adolfo Suárez, Felipe González o Manuel Fraga.

Rodríguez Ennes conserva todos los artículos que aparecen en prensa sobre él. Una hemeroteca que incluye noticias recientes sobre su nombramiento como decano honorífico o el libro homenaje realizado por 61 juristas españoles y extranjeros y también aquellas de los años 90 sobre su gestión al frente de la facultad ourensana. "No había nada cuando llegué. Siempre estaba luchando", recuerda sobre aquella época.

Guarda además revistas científicas y todas las tesis que ha dirigido en varios países, incluso los comentarios manuscritos que realizó para cada estudiante de doctorado.

En muchos de sus ejemplares aparece estampado el exlibris que le diseñó el gran pintor y escultor Leopoldo Nóvoa. El artista lo visitaba a menudo durante sus estancias en Armenteira, pues su vivienda-taller está próxima a la del catedrático. "Era un hombre cultísimo. Le gustaba leer o escuchar música en la biblioteca y también ver partidos de fútbol conmigo", recuerda entre risas.

El dibujo dedicado a Ludovico -Luis en latín- está enmarcado en la entrada, muy cerca de los catálogos y libros de Nóvoa. Y es que las obras sobre pintura o cine también forman una parte importante del archivo, cuyas paredes exhiben dibujos de Colmeiro y caricaturas de Quesada. "Para dedicarte al Derecho Romano tienes que saber de Historia, Filosofía, Literatura y Arte. Y cuanto más conocimiento acumulas vas escribiendo mejor", asegura.

Su biblioteca permite acercarse asimismo a la historia literaria y política de Galicia. Atesora las colecciones de O Tío Marcos da Portela, la primera publicación periódica escrita en nuestra lengua, el semanario nacionalista A Nosa Terra y la revista Nós. Ha leído al "magnífico" Figueira Valverde, a Celso Emilio Ferreiro y a Rosalía y posee todas las obras de Valle Inclán, Álvaro Cunqueiro o Cela, entre otros muchos autores.

Grabado de 1628 con el mapa de Galicia que realizó Fernando Ojea para el conde de Lemos. // R. Grobas

Sobre escaleras y butacas se acumulan decenas de libros a la espera de espacio y también algunas lecturas pendientes: la última novela inédita de Pío Baroja y un libro relacionado con uno de los episodios históricos que se repite de manera frecuente en su biblioteca, la II Guerra Mundial, en el que se analiza la vida de los famosos generales Monty y Rommell.

Su ansia bibliófila le obligó a ampliar la vivienda

  • Rodríguez Ennes adquirió su retiro de Armenteira, una vieja casa de labranza, hace casi 40 años y en lo que su día fueron las cuadras habilitó la biblioteca. Pero su ansia bibliófila la hizo pequeña en poco tiempo y tuvo que realizar una ampliación para poder almacenar todos sus ejemplares. Las tres estancias que la componen ocupan toda la planta baja de la vivienda, unos 200 metros cuadrados. El catedrático cuenta con libros académicos escritos por su esposa, pero ella tiene su propia colección en otra vivienda.

Un experto jurista que escribe sus libros a mano y conserva las plumas de la carrera

  • Aunque tiene un ordenador en su zona de trabajo, Rodríguez Ennes escribe todos sus libros a mano y conserva los 17 manuscritos. También guarda los discursos realizados durante su extensa trayectoria, entre ellos, el que realizó cuando ingresó en el Instituto de Estudios Vigueses con un trabajo sobre la lucha por la capitalidad de Vigo y Pontevedra. El catedrático de Derecho Romano posa para FARO en su biblioteca sobre la "cuna" de su escritorio, el espacio dedicado a los diccionarios de latín, griego, alemán, inglés, holandés, italiano y portugués que utiliza en sus estudios. Ahora prefiere utilizar rotuladores de punta fina pero conserva las plumas con las que hizo la carrera en Santiago, las dos de oro que le regaló su padre cuando obtuvo el Premio Nacional Fin de Carrera y una réplica de la que usaba Churchill.

Del "Endeavour" de Cook a las dornas de su abuelo

  • Su admirado Napoleón está muy presente en la biblioteca, pero también el mundo del mar. Numerosas maquetas de barcos decoran las estanterías. La de mayor tamaño es una réplica exacta del Endeavour del capitán Cook que adquirió en Reino Unido (abajo), pero también exhibe una dorna como las de la conservera que su abuelo tenía en Laxe.

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