El hundimiento del "buque de los sueños", el Titanic, en 1912, sigue rodeado de leyenda 104 años después. Jesús Ferreiro, presidente de la Fundación Titanic, desmonta algunos de los mitos sobre la famosa tragedia marítima y cuenta algunas anécdotas de sus supervivientes cuando se cumple mes y medio de la inauguración en la Estación Martíma de la exposición "Titanic, the reconstruction". Una muestra que ya visitaron 263.000 personas.

-¿Mantuvo relación con los supervivientes del naufragio?

-Cada aniversario hacía un programa de radio dedicado al Titanic, lo que me dio la oportunidad de conocer a 39 supervivientes. Con alguno de ellos hice mucha amistad, sobre todo con Millvina Dean, la última sobreviviente. Tuve la oportunidad y el placer de celebrar con ella sus últimos tres cumpleaños y apagar las velas de la tarta que le regalaba. En cuanto tocas algo relacionado con este barco, te engancha, y a mí me engancharon las historias que me contaron.

-¿De qué hablaba con ellos?

-Me contaban historias que eran casi todas dramáticas porque casi todos habían perdido allí a maridos, hijos, hermanos... Pero lo que en realidad quería saber es lo que había pasado allí porque había leído muchas historias diferentes. Por eso, me gusta matizar varias cosas que la gente desconoce. No es verdad que el Titanic chocó contra el iceberg, lo rozó tan suavemente que no se enteró nadie.

-De todos los pasajeros, a pesar del trágico desenlace, ¿quiénes disfrutaron más de la estancia en el buque?

-Con los que más hablé fue con los pasajeros de tercera clase. Todos me decían: "¡Nos hacían la cama, nos servían la comida!". Además, en los barcos siempre se ha comido mucho y bien y en el Titanic, todavía mejor. Para alguien de esas condiciones, eso era un sueño. Estamos hablando de unas personas que habían tenido que vender todo lo que tenían para poder comprar un billete, para "hacer las Américas". Los de tercera clase fueron los que más disfrutaron del viaje sin ninguna duda. Porque los de primera clase, que gozaron de los mejores camarotes, estaban ya muy acostumbrados.

-¿Cómo se explica que después de 104 años se siga hablando de este hundimiento?

-Los mitos son inexplicables, pero que tú y yo estemos hablando de un acontecimiento que ocurrió hace tantos años no es nada normal. Desde entonces, han ocurrido muchísimos naufragios con muchísimas más víctimas y nadie los conoce. Sin embargo, ahora mismo entras en internet y millones de personas en todo el mundo están tecleando la palabra "Titanic". Eso es incomprensible. Y te voy a dar un dato, en la botadura del Titanic, cuando nacía el barco, acudieron 93.000 personas a Belfast en 1911. Eso no tiene explicación. Cómo vamos a explicar ahora que tú y yo estemos hablando de ello.

-¿Cómo reacciona el visitante a la exposición?

-La visita resulta muy entrañable y hay momentos en los que resulta muy difícil contener las lágrimas. La gente sale emocionada, entusiasmada y sorprendida. Tras una selección de las más de nueve horas de grabaciones de conversaciones que he tenido con los supervivientes, he querido que ellos cuenten sus historias, plasmar lo que me han contado. Son sus palabras. Y, como guinda, tenemos el Titanic más grande del mundo que existe hoy. Es la más original.