El acceso al autobús urbano con una scooter requerirá práctica y paciencia. Cuatro personas con discapacidad que utilizan estas sillas motorizadas realizaron ayer las primeras pruebas en la cochera de Vitrasa."Venimos a ensayar cómo tenemos que realizar las maniobras para colocar la silla dentro del autobús", cuenta Francisco Javier De Toro.

Tras varios meses de movilizaciones ante la inexistencia de una normativa reguladora para subir al autobús, el Concello y la concesionaria de transporte urbano tomaron medidas. Los usuarios de la silla de ruedas con motor probaron cómo subir y bajar por la rampa en los tres modelos de Vitrasa. La dificultad reside en entrar al autocar de frente o de espaldas, pues una vez dentro deben colocarse en el espacio habilitado para las sillas de ruedas y abrochar un cinturón para sujetar el vehículo.

Elena Suárez fue la primera en realizar el ensayo y tuvo sensaciones encontradas. "Yo tengo práctica con la scooter, pero es complicado maniobrar para colocarse bien. Lo más fácil es entrar de espaldas, aunque puede ser peligroso para nosotros y la gente que va en el autobús".

Después de probar el acceso a los tres autocares, Francisco Javier dio con la clave: "Es mucho mejor entrar de espaldas. Accedes directamente y te colocas en tu sitio", recomendó.

Por su parte, Carmen Carrera se enfrentó a otro problema. Reconoce que tiene "menos práctica" con el manejo de su vehículo y le cuesta coger el truco. Además, su silla motorizada es más grande que la de los otros usuarios y "está muy dura para girar", por lo que le cuesta más encajarla, especialmente en los autobuses que tienen barras verticales.

Servicio no apto para todos

A la prueba asistieron Ángeles Marra, concejala de Transportes, y Juan Carlos Villarino, director de Vitrasa. Marra advirtió que "no todas las sillas podrán montar" debido a las distintas características de tamaño y peso de estos vehículos motorizados. Villarino añadió que "debemos hacer estas pruebas para comprobar qué scooters pueden entrar en la plataforma". "Los autobuses tienen determinadas dimensiones. Por encima de esas medidas no pueden acceder porque tienen que estar en los espacios reservados del bus", explicó. La idea del Concello y la concesionaria es expedir un carnet acreditativo para aquellas personas cuya silla cumpla los estándares.

El principal objetivo del ayuntamiento es conseguir que haya "una normativa a nivel nacional, que en estos momentos no existe". "Nosotros vamos a aplicar aquí una instrucción para garantizar la máxima seguridad cuando accedan al Vitrasa y esperamos que se extienda al resto de España", explicó la edil socialista.

Ayer se realizó la primera prueba, pero habrá más. Marra comentó que nueve personas afectadas han solicitado este servicio. Los usuarios de scooters seguirán buscando la forma de utilizar el transporte público.