En cuanto recibieron la alerta, los bomberos se trasladaron a Camiño Soutelán. Pero además de la voracidad de las llamas, los efectivos se toparon con una dificultad añadida, la del estrecho camino donde está la casa. Para salvar este escollo, relatan en el parque de Balaídos, accedieron con el vehículo nodriza por la calle Marín y con otro por Camiño da Raposa. La estrechez de la vía obligó a realizar largos tendidos de mangueras para sofocar el fuego. "Un tendido de 300 metros y otro de 200", describió un efectivo, que concretó que en situaciones como ésta, en que la longitud es tan amplia, el inconveniente es que se produce "pérdida de presión" del agua. Los numerosos efectos y textiles que se acumulaban en la casa y el hecho de que parte de la estructura era de madera influyó en que la "carga de fuego" que se toparon los bomberos fuese "brutal".