La población de Vigo sufre un saldo vegetativo negativo desde hace cuatro años, pero el registrado en 2015 es el más acentuado de la última década. El año pasado se produjo el mayor número de defunciones y el menor de nacimientos, 2.656 y 2.225, respectivamente. según el último informe del Instituto Nacional de Estadística (INE). El análisis de estos datos permite concluir que el bajón de la natalidad en la ciudad ha ido en paralelo al aumento del número de fallecimientos generando una diferencia tan alta entre los que nacen y los que mueren que ha hecho imposible contrarrestar la sangría demográfica.

La natalidad comenzó a descender en la ciudad olívica a partir de 2008, cuando habían venido al mundo 2.856 vigueses, el número más alto de los últimos 30 años (como así lo fue para el resto de España, con 519.779 niños). Desde entonces, los nacimientos en Vigo han caído un 22%, a un promedio de 140 menos por cada ejercicio hasta llegar a los mencionados 2.225.

Solo una mortalidad estable podría haber frenado un retroceso natalicio así de acentuado, pero en Vigo ocurrió lo contrario y antes incluso que en el resto del territorio nacional. Así que cuando el INE destacaba ayer de todo su informe sobre "Movimiento de la Población" que en España "por primera vez fallece más gente de la que nace" -con 2.753 defunciones más que nacimientos en 2015-, en Vigo viene produciéndose esta dinámica desde 2012, aunque en ese momento por una ligera diferencia, con 11 muertes más que nacimientos (2.575 frente a 2.564).

Sin embargo, lejos de equilibrarse la balanza que podría invertir el saldo vegetativo a positivo, al siguiente año, 2013, aumentó todavía más la diferencia, al superar por 147 las muertes al número de recién nacidos. En 2014 los registros invitaban a la esperanza al contabilizar 2.383 nacimientos y 2.463 defunciones, pero a tenor de los datos del ejercicio pasado, el desplome demográfico parece grave.

Desde 2005 que no se registraban tan pocos nacimientos ni que fallecía tanta gente en Vigo. En comparación con el balance de hace un año, la natalidad descendió un 6,6%, y en paralelo, la mortalidad aumentó un 7,8%. Los datos cobran mayor relevancia al contrastarlos con los recabados en los últimos 15 años, cuando el descenso de nacimientos alcanza el 15% mientras que las defunciones suben un 10,4%.

Entre las posibles causas del descenso demográfico, generalizado en España, el INE apunta la disminución de la esperanza de vida, que en la provincia de Pontevedra se sitúa en los 82,8 años, y a que las mujeres cada vez esperan más tiempo para ser madres, hasta los 31,9 años en 2015.