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Las mejores notas de Selectividad

A unos milímetros de la perfección

Rosalía y Marcos logran colarse entre los mejores expedientes de la comunidad gallega en la última selectividad de la historia - Economía y Medicina, su futuro universitario

Rosalía del Carmen Pino y Marcos Taboada, dos de los vigueses con mejor expediente. // J.Lores

"Al contar con un buena nota en Bachillerato vas a la prueba de selectividad sin tanta presión. Esto es básico a la hora de lograr una buena calificación". Su nota de 13,44 en esta prueba avala la eficacia de este consejo. El vigués Marcos Taboada, estudiante del Colegio Montecastelo, posee una de las mentes más aplicadas de la ciudad tras jubilar la selectividad rozando la perfección. 10 en Historia del arte, 9,75 en Gallego o 9,5 en Lengua Castellana e Inglés, que sumados a su nota media redonda de Bachillerato, lo convierten en uno de los mejores expedientes de al comunidad gallega. "Estaba ya admitido en una universidad privada, así que realmente no necesitaba una nota estupenda en selectividad. Pero como el curso me fue tan bien y a mí no me gusta perder el tiempo, pues decidí dedicarme dos semanas a repasar conceptos, y vaya sorpresa me llevé", explica orgulloso el estudiante.

Admite que ha tenido que "echarle horas" para obtener dichas calificaciones, pero reconoce la suerte innata que tiene para el estudio. "Siempre me ha resultado muy sencillo estudiar; tengo mucho interés por las cosas y luego que también atiendo mucho en clase. Se me queda todo muy bien. Llegar al '10' en este curso sí me ha llevado horas y horas hincando los codos, pero ha merecido la pena. El que no trabaje, no tendrá oportunidades", razona el joven.

Dos horas diarias de estudio, deberes, prácticas... las tareas se acrecentaron al llegar al último curso de Bachillerato mientras el tiempo disponible para los hobbies decrecía. "Juego en un equipo de fútbol y ya solo puedo ir una vez a la semana. Es sacrificado, pero compensa", reconoce Taboada. Como él, la también olívica Rosalía del Carmen Pino tuvo que renunciar a sus clases de danza para dedicarle tiempo a la selectividad. Como a su compañero, "el esfuerzo ha merecido la pena". Su nota final de 13,22 la sitúan como una de las mejores de la ciudad, e indudablemente de su colegio, el Rosalía de Castro. "Nos prepararon muy bien. Para nosotros llegar allí fue como una prueba más. Hicimos multitud de exámenes e incluso tan complicados que llegado el momento nos pareció hasta sencillo", recuerda la estudiante. Tanto ella como Taboada, no bajaron del 9 en ninguno de las pruebas en las que participaron.

Pino despidió este examen definiéndolo como "más sencillo" que años anteriores. "La fase general era bastante parecida a otros años, no hubo grandes sorpresas. Sin embargo en la específica fue más fácil, Por ejemplo, el examen de Ciencias de la Tierra era repetido", comenta la alumna del Rosalía de Castro.

Su método de estudio se basa en el "día a día", aunque reconoce que es "complicado". "Todas las tardes me sentaba horas y horas delante de los libros y preparaba mis apuntes. Logré un 9,7 en Bachillerato, y eso me facilitó las cosas, pero estudié duro porque un 8 me hacía mucho daño", admite la futura médica.

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