Manuel Rodríguez, de 52 años, ingresó el pasado domingo en el hospital Álvaro Cunqueiro porque debía ser operado ayer debido a un cáncer de colon. Llegada la hora de entrar al quirófano, y siempre según la versión de su hija María, le comunicaron que la operación debía ser pospuesta por "falta de material". Se trata del segundo retraso que sufre Rodríguez en un mes. El Sergas asegura que falló un aparato médico y que como no se trata de un caso "muy urgente" el cirujano decidió suspender la intervención.

A Rodríguez le detectaron el pasado abril un cáncer de colon y le indicaron que debía ser intervenido "de urgencia", pero no lo llamaron hasta este mes. "El cirujano me dijo que le habían dado material de hace 30 años y que no se arriesgaba a operarlo con eso", relata María, preocupada porque no sabe hasta cuándo tendrá que esperar su padre para entrar en quirófano. El Sergas especifica que "si hubiese sido realmente urgente se le hubiese intervenido igual con un método más tradicional".

La familia Rodríguez ya había presentado una queja por otra anulación que, según les indicaron, se debía a que "no tenían material esterilizado", relata su hija.

Comisiones Obreras y CIG llevan meses criticando la falta de material y el mal funcionamiento en el proceso de esterilización. La nueva central, sita en el Meixoeiro, no ha mejorado la situación como esperaba el Sergas. Las centrales sindicales aseguran que las cancelaciones son continuas, casi diarias, y más de una por jornada. El material quirúrgico llega a los quirófanos deficiente, lo que pone en riesgo la vida del paciente, porque la central no está funcionando en su totalidad y coexiste con la antigua, que tampoco está al cien por cien. Además, al encontrarse lejos del centro hospitalario, no disponen de más repuestos por lo que las operaciones se suspenden.

Los sindicatos advierten de que el personal que trabaja en este centro es insuficiente y que están sometido a un gran estrés, lo que ha causado un gran número de bajas. También señalan que los profesionales no han sido formados correctamente para conocer el funcionamiento de la nueva maquinaria. Puntualizan que se trata de un trabajo muy específico y que las situación empeora con el personal de sustitución, ya que no reciben la información necesaria antes de comenzar a trabajar.

Parte del material se está enviando al centro hospitalario Povisa para su esterilización, una solución criticada por los trabajadores, ya que aseguran que se trata de "una improvisación más de la gerencia" que no termina de resolver el problema real.

El Sergas aseguró hace unas semanas que se trataba de una medida "provisional y transitoria" que se utilizaría hasta que la central de esterilización del Meixoeiro estuviera funcionando al completo.