La enorme habilidad de los caballitos y los peces pipa para el camuflaje complica en gran medida el trabajo de los científicos de Investigaciones Marinas. "Cambian de color y utilizan su forma para mimetizarse con las plantas. Pasan inadvertidos hasta para el ojo más entrenado. Pueden estar delante de ti y no los ves", señala Planas.

Los investigadores se dividen en las inmersiones en dos equipos con un mínimo de 2 o 3 buzos cada uno. El que va por delante rastrea el fondo en busca de signátidos, mientras que el segundo, además de ejemplares, realiza la descripción de las especies vegetales y recoge muestras del sedimento.

Cuando localizan un ejemplar lo suben al barco en una bolsa de agua para registrar su talla y peso y tomar una muestra de su aleta dorsal para los estudios genéticos. Y después lo sueltan en el mismo lugar en el que fue localizado.

El proyecto Hippoparques también se desarrolla de forma simultánea en el archipiélago de Cabrera en colaboración con el Imedea de Baleares, también dependiente del CSIC. Allí todavía no han localizado caballitos de mar, solo dos peces pipa de las especies Syngnathus acus y Nerophis maculatus. "Han cambiado el método de muestreo para ser más eficientes y volverán a muestrear las mismas zonas ahora. En Cabrera no existe ninguna referencia. Se avistó un caballito juvenil pero no lo hallaron", explica Planas.