Si usted entra ahora en la página web de Ryanair e intenta comprar un billete para un vuelo Vigo-Barcelona -o viceversa- no tendrá plaza ni hoy, ni mañana, ni el jueves, ni el viernes. Puede que el sábado tenga suerte. Para el domingo, ni de broma. No es algo puntual, sino habitual. Encontrar asiento en esta ruta a una semana vista se ha vuelto casi una misión imposible. Y las estadísticas de Aena lo certifican. Ryanair cubrió en mayo el 98,4% de todas las plazas Vigo-Barcelona-Vigo que ofertó en su vuelo diario (189 asientos por avión). En total, comercializó 11.531 billetes de los 11.718 que puso a la venta.

Vueling, la otra compañía que cubre la ruta, apenas está notando esta competencia. Cerró el mes con más de 13.600 personas transportadas desde y hacia Barcelona. Su ocupación media ronda el 80%. Pese a que Ryanair ha conseguido dar respuesta a la escasas frecuencias con El Prat que había desde Vigo, los buenos resultados de ambas aerolíneas hacen pensar que todavía queda espacio para nuevas frecuencias.

Pero no solo la ruta a la Ciudad Condal le está funcionando bien a Ryanair. La de Dublín cerró mayo con una ocupación media del 83% (2.832 pasajeros); y la de Bolonia, del 78,1% (2.658).