"Con Bouzas no podemos relajarnos porque corremos el riesgo del colapso". El presidente del Puerto teme que de cumplirse las previsiones de exportación de PSA y con la entrada de más volúmenes de vehículos de otras marcas -Renault ya envía por la autopista del mar los producidos en Palencia y Valladolid- la terminal Ro-Ro acabe saturada. Esta situación espantaría al resto de las firmas automovilísticas y al final los muelles sólo recibirían los barcos justos para cargar los coches salidos de Balaídos. "En estos momentos ya hay congestión en épocas puntuales del año así que hay que pensar en medidas para evitar escenarios desastrosos", avisa López Veiga.

De momento cree que el millón de metros cuadrados de la explanada podría aprovecharse más -"tal vez con un nuevo replanteamiento", apunta- aunque si la actividad sigue creciendo en los actuales niveles sospecha que habrá que plantearse una segunda estructura de silos como la que ahora permite estacionar hasta 3.000 vehículos en altura.

Con todo, antes que solucionar los problemas de espacio, López Veiga ve más "prioritario" resolver los vinculados a la entrada de buques grandes, lo que busca precisamente la iniciativa de convertir la escollera en atraque. "Es una obra mucho más barata que los silos", zanja. Estos costaron 23 millones de euros.