El 'Harmony of the Seas' atracado en el puerto de Vigo // VÍDEO: JORGE ÁLVAREZ | FOTO: JORGE ÁLVAREZJ. LORES

Comprobar in situ el tamaño descomunal del Harmony of the Seas. Ese fue el principal objetivo de la mayoría de curiosos que se acercaron ayer hasta la zona portuaria. El ambiente vacacional que se respiró en la ciudad animó a muchos vigueses a disfrutar de un día de sol frente al buque, imaginando su interior o despidiéndolo en su partida.

Vigueses y visitantes acudieron al puerto desde primera hora de la mañana. "Venimos a pasar el día y a ver el barco", explicaban Josemi Ferreira y Felisa Álvarez. Como el resto de visitantes mostraban su asombro ante las dimensiones del buque. "Es impresionante, bárbaro", indicaba Álvarez.

Todos se acercaron para intentar ver de cerca las instalaciones e indagar por si vislumbraban alguna curiosidad: los toboganes de las piscinas, los camarotes... "Es una pena no poder verlo por dentro", indicaban Isabel e Irene desde el puerto. Después, los vigueses daban varios pasos atrás para que la gigantesca figura cupiese en el visor de sus cámaras. "No me imagino la cantidad de gente que hay ahí dentro", exclamaba Natalia, que acompañada de su madre Mari Carmen se mostraba encantada con la elegancia del barco.

Durante las más de 10 horas que el buque permaneció atracado, el trasiego de gente foránea y nativa fue constante. Tanto la zona portuaria como el Casco Vello, la calle del Príncipe y otras zonas de la ciudad se revitalizaron con miles de personas, aunque no se vieron grandes aglomeraciones ya que los turistas se dispersaron también por Castrelos, Samil o el mote de O Castro.

"El ambiente es espectacular, muy bueno", señalaban todos los encuestados. Con terrazas repletas de gente, trasiego continuo en las calles, turistas con bolsas y acentos de diferentes países, Vigo dejó por unas horas su discurrir pausado para incrementar su ritmo.

El 'Harmony of the Seas' desde el aire // R. Grobas

"Se nota mucho movimiento de gente y esto para el comercio es buenísimo", abundaba Lola Casanova, que acudió con su familia a ver la salida del buque desde el centro comercial A Laxe.

Los curiosos incidían ayer en la necesidad de que buques de gran envergadura como el Harmony of the Seas Harmony of the Seasrecalen en Vigo. "No tiene precio que cruceros como este vengan a la ciudad", subraya María Pérez, que acudió acompañada de su nieta y su marido, Jorge González, a despedir al barco. La vitalidad que infundieron los turistas a las calles se contagió también a los vigueses. Raúl Casás valoraba la promoción turística que supone para la Vigo este masivo desembarco de visitantes: "Esta escala da categoría la ciudad y ayuda a la hora de situarla en el mapa".