Tres años de cárcel como presuntos autores de un delito de desórdenes públicos. Es la condena que pide la Fiscalía para 16 manifestantes a los que atribuye una "participación activa" en los graves disturbios ocurridos en Vigo hace dos años con motivo de una protesta de la flota del cerco gallego por un reparto lineal de la xarda. Unas 400 personas asistieron a una movilización en la que, relata la acusación, se lanzaron piedras, trozos de adoquines o plomos de pesca y en la que también se quemaron contenedores y hubo cortes de tráfico. A un acusado le imputa asimismo tres faltas de lesiones, por lo que le pide el pago de 2.160 euros de multa y 5.060 en indemnizaciones, por arrojar petardos que impactaron en tres policías que resultaron heridos. Otros agentes, agrega la fiscal, también sufrieron lesiones y hubo "cuantiosos daños" en el edificio de la Xunta, la vía pública y en vehículos policiales. El juicio estaba fijado para ayer en el Juzgado Penal 3 de Vigo, pero se aplazó hasta julio.

Ocurrió la mañana del 6 de marzo de 2014. La protesta, que no había sido convocada oficialmente ni comunicada a las autoridades competentes, partió de O Berbés hacia el edificio de la Xunta. Allí, tras exigir hablar con responsables políticos y no ser recibidos, dice la fiscal, se lanzaron piedras, petardos, adoquines y plomos tanto hacia el edificio como hacia policías. El Ministerio Público sostiene que los 16 acusados "tuvieron una participación activa en dichos disturbios, con la clara finalidad de atentar contra la paz pública y pacífica convivencia, y provocaban a los manifestantes instándoles a invadir el edificio" e incitándoles "a la violencia". Así, concreta que además de arrojar objetos, un acusado quemó la bandera de la Unión Europea "tras bajarla del mástil en el que estaba izada" y otro arrojó al menos tres petardos con los que hirió a tres policías, uno de los cuales estuvo casi tres meses de baja.

La Fiscalía refiere que, además de estos agentes, "gran parte de los policías actuantes" sufrieron también lesiones y hubo cuantiosos daños, como cristaleras rotas, en el edificio de la Xunta. Tras partir la manifestación hacia la zona del puerto pesquero, se añade, continuaron los disturbios, con cortes de tráfico o destrozos como la quema de contenedores.

Ya en el puerto de O Berbés, tras enterarse de la detención de uno de los manifestantes, los acusados "instigaron" a la violencia, rompiéndose el cordón policial "con empujones y patadas" y arrojándose piedras, conos o bolardos contra los agentes.