Antón Costas cerró ayer de forma brillante y entre aplausos su etapa al frente del prestigioso Círculo de Economía, un foro que reúne a los empresarios e intelectuales más importantes de Cataluña. El catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Barcelona, nacido en 1949 en la parroquia de Matamá, se despidió a lo grande, con una entrevista rigurosa, amena e incisiva al presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy. En los días previos había mantenido encuentros similares con el socialista Pedro Sánchez, el líder de Podemos o el líder de Podemos, Pablo Iglesias.

Las preguntas de Antón Costas, incisivas y cargadas de un fino humor gallego, suscitaron en varias ocasiones las sonrisas y los aplausos de los asistentes, y también del propio presidente Rajoy.

Como cierre del acto, celebrado ayer en Barcelona, tomó la palabra el presidente de la fundación del Círculo de Empresarios, Carlos Cuatrecasas, para agradecer la labor realizada por Costas en los últimos tres años -el periodo de vigencia de la presidencia en este foro- y destacar la "absoluta independencia con la que has actuado en tiempos tan difíciles". Cuatrecasas calificó en reiteradas ocasiones de "brillante" el papel desempeñado por el catedrático vigués al frente de la influyente institución, y concluyó su intervención con una nota de humor: "Antón, tú sabes que yo soy muy barcelonés y muy barcelonista, pero te digo que no me importaría nada que el próximo año cuando vuelvas al Círculo, lo hagas con el Celta y con la Champions".

Costas accedió a la presidencia del Círculo en 2013 para sustituir al exministro y expresidente de Vueling, Josep Piqué. En la candidatura que lideraba iba acompañado de notables figuras como el presidente del Grupo Planeta, José Manuel Lara (ya fallecido,) el de Agrolimen, Artur Carulla, el de Puig, Marc Puig, y el presidente de Banc Sabadell, Josep Oliu. Extraordinario analista de la realidad económica y política, sus artículos de opinión destacan por la agudeza en los enfoques, claridad expositiva y una pizca de ironía, como han podido constatar los lectores de FARO.