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Fue noticia en 1931

Una casa con polémica

La construcción de la sede de Correos se convirtió en un pulso entre el Gobierno y el Ayuntamiento de Vigo

Imagen de la Casa de Correos cuando se realizó el proyecto y fue aprobado. // FDV

Un pulso entre los responsables del Ayuntamiento de Vigo y el Gobierno. Así se puede entender el diseño y la construcción de la Casa de Correos. Una polémica y enfrentamiento que duró muchos años. Tantos que incluso se puso en duda su utilidad. Fue una obra que acumuló notables retrasos. Las decisiones que se debían adoptar tardaron más de lo previsto. Cuando se solucionaba un problema aparecía otro.

El proyecto inició su andadura en 1908. Fue cuando se le dio un impulso que se podría considerar definitivo. Pero durante los años anteriores, la sociedad viguesa reclamaba la construcción de una instalación que era fundamental para las comunicaciones. La falta de carteros y las pequeñas estafetas distribuidas por toda la ciudad eran insuficientes para desarrollar la labor de correos. Los empresarios se quejaban de manera frecuente del retraso en recibir las cartas, lo que les hacía perder mucho dinero.

El Ayuntamiento de Vigo se puso a trabajar para solucionar el problema. Pero el Gobierno no parecía dispuesto a financiar la operación. Al menos así se entendía al no dar prioridad al mismo. En 1908 se inició todo. El primer paso fue buscar una ubicación en el centro de la ciudad. Se requería un espacio mínimo de 1.000 metros cuadrados.

En el ayuntamiento se creó una comisión de trabajo. Se recibieron ofertas de algunos particulares. Sin embargo, nunca se llegó a un acuerdo económico. El Gobierno se negaba una y otra vez a realizar una expropiación.

La decisión final fue consensuada. La futura Casa de Correos ocuparía el lugar en el que se encontraba la antigua Aduana, que pasaría a formar parte de las instalaciones portuarias. Ese sitio quedaba libre. Se encargó el diseño del edificio a Miguel Gómez Román, un arquitecto que tenía un gran prestigio y además ya había realizado varios edificios emblemáticos en la ciudad.

Después de varios cambios en el diseño, intensos debates y alguna que otra paralización del proyecto, las obras comenzaron en 1920. Se iniciaba otro proceso que también destacaba por la lentitud del mismo. Una y otra vez las obras se paralizaban. La mayor parte de las veces era por la falta de financiación para adquirir los materiales.

El Gobierno regateaba el dinero y fue el objetivo de fuertes críticas por parte de los responsables políticos locales y también de los empresarios. Muchas ciudades de España ya tenía un edificio similar. En Vigo, el Gobierno solo tenía en propiedad dos construcciones destinadas a fines militares. Por lo tanto, se consideraba que se estaba discriminando a Vigo con respecto a otros lugares. Los vigueses incluso presentaron un proyecto de viabilidad económica, en la que mostraban los beneficios de la instalación. Por ese lugar llegarían a España muchas cartas procedentes de América y que eran transportados por los barcos que cubrían de forma regular esos recorridos. Además, se enviaban paquetes.

Tras muchas polémicas, la Casa de Correos comenzó a funcionar en 1931. El edificio constaba de tres plantas y amplios espacios. Destacaba su diseño y también sus buzones, construidos en bronce y que todavía hoy se conservan como se instalaron.

El Gobierno decidió también que se contrataran nuevos carteros y que el jefe de la instalación viviera en la misma casa donde se realizaban los trabajos. Era una norma que se había establecido varios años antes en toda España.

Los trabajadores se quejaron. Entre otras cosas, se eliminaron los locales que tenía correos cerca de As Travesas y el Calvario, además de algunas oficinas en el extrarradio. Todo se centralizó en la plaza de Compostela. Pero los carteros también alertaban de que no era práctico el edificio. Todas estas deficiencias fueron corregidas con el paso del tiempo. La Casa de Correos se convirtió en un edificio peculiar, de prestigio y además de gran valor. A lo largo de los años sufrió modificaciones en su interior.

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