Las nuevas tecnologías han permitido eliminar buena parte del papel que se usaba en los hospitales, agilizando los procesos y evitando errores. Povisa lo ha suprimido incluso en los consentimientos informados, que ahora se firman en tablet. Pero esta evolución también tiene sus riesgos, la Joint Commissio introdujo estándares de calidad en este aspecto, algo que, hasta ahora, no existía, según María Antonia Muñoz. Dentro del protocolo de gestión se estipula, por ejemplo, la realización de dos simulacros de apagón de luz al año. En los planes de contingencia se contempla que si el corte dura más de una hora, se vuelve al papel. También se graba toda la información anterior y se edita en formato PDF. Otra de las barreras son las alertas que saltan cuando un médico supera la dosis máxima al prescribir una medicación, ya que ahora la receta ya no pasa por el farmacéutico.