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Recuperación del patrimonio histórico

Vigo sigue el trazado de su muralla

Encarga documentar el trazado y delimitará el muro defensivo que rodeó el casco viejo dos siglos entre el castillo de San Sebastián y A Laxe

Vigo sigue el trazado de su muralla

Un recorrido alrededor del Casco Vello solo da una pista, dentro del pequeño expositor de A Laxe (cubierto ahora de maleza), de que Vigo fue una ciudad amurallada durante dos siglos, desde 1656 a la segunda mitad del siglo XIX, cuando se derribó en sucesivas fases la estructura defensiva ante el crecimiento de la urbe. Sin embargo el trazado del recinto fortificado está definido a partir de documentación histórica, excavaciones en distintas calles -como la citada A Laxe, Carral, Elduayen o más recientemente el Callejón de la Segunda República-, y el minucioso trabajo de los investigadores. El Concello ha decidido rescatar del olvido ese periodo del pasado de la urbe y marcar a pie de calle todo el itinerario, señalizando varios puntos de interés.

Como primer paso, según apuntan fuentes municipales, el departamento de Patrimonio Histórico encargará documentar todo el recorrido. Una labor ya muy avanzada gracias a la labor de los expertos en la historia de la ciudad. De hecho, el investigador Jaime Garrido ha elaborado un detallado plano que delimita íntegramente la muralla, avanzado por FARO, y que incluirá en su próximo libro sobre las fortificaciones y el casco viejo. "Una vez tengamos toda la documentación -indican las citadas fuentes- se marcará con una línea todo el itinerario a lo largo de las calles y se exhibirá información en algunas zonas, poniendo en valor ese patrimonio".

La muralla, de forma romboidal, se extiende desde el límite con la Ribeira do Berbés (que quedó fuera) por el oeste, a la Porta do Sol en el este, el Castillo de San Sebastián al sur y A Laxe al norte. La ciudad contaba con siete puertas y doce baluartes, y el recinto fortificado se cerraba con la batería de A Laxe (frente al lugar en el que se erigió en 1945 la sede del Real Club Náutico). El estudio determinará en cuáles de estos puntos de la muralla se ofrecerá información complementaria a los ciudadanos.

La mayor parte del itinerario sigue el trazado de calles, si bien existen zonas, sobre todo entre A Laxe y O Berbés, en las que el recorrido pasa bajo edificios. El plano de Garrido muestra cómo un tramo discurría por el solar donde ahora se levanta el Hotel Bahía y sigue por otros de la fachada de Cánovas del Castillo. Al sureste, donde acaban de localizarse posibles restos del antiguo muro entre la Porta do Pracer y el Baluarte da Pulguiña, un trecho cruzaba la parcela del Edificio Simeón. Durante las obras de la sede del Colegio de Arquitectos, al otro lado de Doctor Cadaval, se halló un muro estudiado por José Ramón Iglesias Veiga y José Luis Pereiro, quienes concluyeron que no formaba parte de la muralla. El baluarte de A Pulguiña, sin embargo, estaría muy cerca de allí.

El recinto fue construido por el riesgo de invasiones durante la guerra de Restauración Portuguesa (1640-1668). De su existencia dieron cuenta muy pronto Felipe de la Gándara (1662), así como el gobernador de la plaza de Vigo Diego Arias Taboada (1666), quien resaltaba la debilidad defensiva de la estructura, "incapaz de guardar sitio". Pedro Dauberrete en 1737, y el médico Taboada Leal en 1840 (catorce años antes de plantearse por primera vez el derribo ante el desarrollo de la ciudad extramuros), también aportan información valiosa sobre la muralla Las crónicas de FARO de la época documentan la demolición. El 1 d e junio de 1861 el diario reseñaba el proyecto de derribo del tramo del barrio de Salgueiral (entre Areal, Victoria y el inicio de Marqués de Valladares, Policarpo Sanz y Príncipe) a Porta do Sol, incluyendo el desmontaje del Baluarte da Pulguiña.

Varios tramos descubiertos y solo uno expuesto, pero "invisible"

  • Las obras en diferentes calles pusieron al descubierto tramos de la muralla. En la reforma de A Laxe se hallaron restos en 1994, cerca de la puerta que conectaba la villa intramuros con Areal. Tras documentarse fueron tapados y se dejó en exposición una muestra (imagen de la izquierda) con una placa informativa. Ahora el muro está cubierto de maleza y es invisible. En el Callejón de la II República una cata por las obras de las escaleras mecánicas proyectadas por el Concello acaba de revelar restos que podrían ser del recinto (derecha). Están en proceso de estudio.

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