A punto de cumplirse el primer año de actividad del Álvaro Cunqueiro, miles de personas -10.000, según la Subdelegación del Gobierno y 100.000, según la organización- han respondido a la nueva llamada de la junta de personal del Chuvi y la Plataforma SOS Sanidade Pública para manifestar su descontento con la gestión sanitaria. Consideran insuficientes los "ajustes" realizados desde la histórica manifestación que colapsó Vigo en septiembre y reclaman a la Administración que vaya más allá y "rescate para la ciudadanía nuestra sanidad pública", porque "es posible".

Al grito de "Goberne quen goberne, a sanidade non se vende", la cabeza de la manifestación partió de la plaza de España poco después de las 20 horas y llegaba a la farola de Urzáiz cuando la cola abandonaba el punto de inicio. Manifestantes llegados de diferentes puntos del área -con autobuses desde O Condado, O Morrazo y Baixo Miño- corearon consignas como "la solución, rescatar la concesión", "la privatización es corrupción" o "queremos un hospital y no una sucursal". Hora y media después, el periodista Eduardo Rolland leía en Porta do Sol el manifiesto con el que los convocantes reclamaron a la Xunta y a la Consellería de Sanidade el inicio de un "proceso de diálogo" para "reintegrar el Álvaro Cunqueiro al sistema sanitario público" y "recuperar el proyecto de hospital estratégico para el área sur de Galicia". Para llevarlo a cabo, proponen que todos los sectores implicados integren una comisión para desarrollar un plan de recuperación del centro a corto y medio plazo. Como "primer paso" en este proceso, exigen la dimisión del gerente del área sanitaria de Vigo, Félix Rubial, por "su responsabilidad en la situación actual".

VER GALERÍA | Miles de personas salen en defensa de la sanidad pública en Vigo. / /Marta G. Brea Miles de personas salen en defensa de la sanidad pública en Vigo. / /Marta G. Brea

Los representantes de la plantilla denunciaron que "los recortes en el proyecto inicial" del hospital "acentuaron los déficits sanitarios" que padece el área "desde hace demasiados años". Entre ellos, entienden que el Sergas renunció a convertir el Chuvi en la "referencia estratégica para el sur de Galicia" al suprimir en el complejo de Beade los edificios de docencia e investigación, las camas de cuidados mínimos e intermedios para crónicos o el hotel para pacientes. Insisten en que el Sergas prometió más de 2.000 camas en el Chuvi y recuerdan que hoy hay 1.260 operativas. Lo consideran "incomprensible" en el área con la lista de espera quirúrgica más larga de la comunidad. Opinan que el Cunqueiro se ha convertido en "una gran superficie comercial incapaz de satisfacer las necesidades de atención especializada de la ciudadanía" y con "barreras de acceso para los colectivos sociales más alejados", como la falta de una alternativa de transporte colectivo o el "elevado coste" del aparcamiento. Un manifestante permaneció desnudo en la estatua de los caballos de la Plaza de España como símbolo de la oposición a los recortes.

Más allá, del nuevo hospital, también resaltan otras deficiencias en el área como "el deterioro" de la Atención Primaria por la "mala planificación" y "saturación asistencial"; la "limitada capacidad resolutiva" de las urgencias extrahospitalarias; un derecho a la salud sexual y reproductiva "no garantizado" por los "recortes"; y el "colapso" del servicio de Rehabilitación.

Tras este negativo balance, sindicatos y plataforma ven el lado positivo: Es "posible" cambiarlo. Entienden que si se tomó la decisión política de "privatizar y recortar", la sociedad puede exigir que se adopte la "contraria". Ven viable que se rescinda la concesión del Cunqueiro por las irregularidades en base a la ley de contratos y que se retome el proyecto de hospital estratégico, devolviendo la población desviada a Santiago. Con respecto al Meixoeiro, reclaman que se mantenga como hospital general programado, "recuperando camas y recursos" y concentrando en él la actividad oncológica para ser referencia en el sur gallego, así como concentrando allí la cirugía programada y una UCI. Piden el uso sanitario del Anexo I y que en él se instale un Centro de Alta Resolución, así como crear otro en O Morrazo. Exigen que las urgencias extrahospitalarias del Xeral funcionen las 24 horas del día y con más pruebas de diagnóstico. Demandan que se aproveche el Anexo II para crear un centro de salud que no solo asuma los de la calle Bolivia, sino que sirva para redistribuir A Doblada y calle Cuba. Advierten que no callarán, hasta conseguir y avisan al Gobierno gallego que, en unos meses, los electores tendrán "la oportunidad de evaluar su trabajo".

Además de organizaciones sindicales, plataformas ciudadanas o colectivos de enfermos o el presidente del colegio de médicos, Luis Campos Villarino, la protesta contó con una importante presencia política. El alcalde, Abel Caballero, junto a la presidenta de la Diputación, Carmela Silva, destacaba que la protesta representa "a la ciudad revelándose en contra de la mercantilización de la sanidad" y de un hospital pensado "más para obtener negocio que para atender gente".

La número tres de Podemos, Carolina Bescansa, -en a cola de la marcha junto a la secretaria general en Galicia, Carmen Santos- reprobó "no solo los recortes" sino la "forma de gestionar que tiene como objetivo privatizar las cosas que son de todos y es lo que está acabando con la sanidad".

Acompañado por el portavoz de AGE en el Parlamento, Antón Sánchez, y la de En Marea, Alexandra Fernández, el líder de Anova, Xosé Manuel Beiras, manifestó su voluntad de estar con los manifestantes en la calle del mismo modo que defendió el rescate del Cunqueiro en el Parlamento y con el objetivo de revertir el modelo sanitario del PP.

La portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, defendió que el área viguesa merece una "sanidad e primera" y tilda de "disparate" que "Feijóo se empeñe en d-eteriorarla". También acudieron, la eurodiputada Ana Miranda; la alcaldesa de Moaña, Leticia Santos; el alcalde de Cangas, Xosé Manuel Pazos, o el de As Neves, Rodríguez Méndez.