La primera de las vistas del juicio de una comunidad de vecinos de Navia contra la constructora Dragados, dos arquitectos y un aparejador concluyó ayer con la aseveración de los directores de obra de que tanto la estructura como la cimentación eran "válidas" y que lo "ejecutado se corresponde fielmente" con la licencia otorgada. Uno de los arquitectos señaló además que a Dragados "se le dieron indicaciones" que "a veces cumplió y otras no" a la hora de ejecutar la obra. La cooperativa de 71 vecinos reclama 3,5 millones por graves deficiencias en sus viviendas, que comenzaron a aparecer el primer año de su entrega, 2010, como grietas, humedades o levantamiento de baldosas.

Los arquitectos justificaron los cambios producidos en el proyecto original y señalaron que los problemas podían residir en que durante la construcción no se tuviera en cuenta el retroceso que sufren los pilares con el peso de los sucesivos pisos. Dejar una holgura para que se asienten es una "práctica normal", señalaron J.S. y E.A., mientras que el representante de la empresa lo negó. Indicó también que a su entender la estructura interior era "un mal diseño". El juicio continúa hoy.