La Ley del Catastro Inmobiliario que obliga a los ayuntamientos a dar de baja del IBI urbano las fincas urbanizables sin desarrollar afecta en Vigo a 3.600 parcelas, y el Concello dejará de ingresar con el cambio 600.000 euros. El gobierno local ya ha aplicado la modificación trasladando estos terrenos al padrón de la Contribución rústica, gravada con un tipo mucho más bajo.

El alcalde, Abel Caballero, anunció que ya se han comunicado al Ministerio de Hacienda los datos de las parcelas, que pasan a tributar con un coeficiente mínimo del 0,3%. La reforma de la ley del catastro exime de pagar el IBI urbano a los suelos urbanizables programados que no cuenten con un plan parcial para construir (3.549 fincas en el caso de Vigo), y los que carezcan de proyecto de sectorización (59). El cambio a rústico supone cuotas tributarias, según expuso Caballero, "en algunos casos inferiores a siete euros".

La ley fue publicada en el BOE el 25 de junio del año pasado y desde el 1 de noviembre los municipios están obligados a comunicar a la Dirección General del Catastro la situación de sus suelos urbanizables para que puedan pasar a rústicos si carecen de ordenación detallada. A partir de ahí deben empezar a cobrar menos a los propietarios. "En Vigo hace tiempo que estamos en esta bajada", indicó el regidor.

En todo el territorio gallego hay más de 46.000 hectáreas de suelo urbanizable sin edificar, mientras que en toda España son 900.000 las parcelas que podrían beneficiarse de esta medida fiscal. Las arcas públicas dejarán de ingresar unos 4.500 millones en conjunto. En el ejercicio de 2014 la recaudación por IBI superó los 12.000 millones en todo el Estado.

La reforma legal tiene su origen en una sentencia del Tribunal Supremo, que en mayo de 2014 estableció que los terrenos urbanizables no pueden valorarse a efectos de pago de la Contribución como si fuesen urbanos hasta que no tengan aprobado el instrumento urbanístico que los desarrolle. Este fallo judicial y el cambio en la ley subsiguiente tienen notables beneficios para los propietarios de parcelas donde no existen planes inmediatos de edificar. Hasta ahora debían abonar el IBI urbano, con un tipo mucho más elevado que el rústico. Volverán al régimen fiscal anterior hasta el momento en que tengan una ordenación detallada, con un plan parcial o de sectorización aprobado, y cuenten con infraestructuras básicas (redes de saneamiento, electricidad o agua).

El IBI es el tributo que más ingresos aporta al Concello de Vigo, con más de 60 millones al año (un 30% del presupuesto), muy por encima del recibo de la basura y el rodaje, los siguientes impuestos que le reportan más fondos.