Fue un particular el que, sobre las 13.40 horas de ayer, alertó de que escuchaba crujidos provenientes de una vivienda abandonada ubicada en el 54 de la calle Romil. Hasta el lugar se desplazaron bomberos y agentes municipales que vallaron la zona y cortaron el tráfico, mientras los técnicos de Urbanismo valoraban la situación. Tras una hora de análisis descartaron el riesgo de derrumbe de la vivienda de una sola planta, pero la Policía Local optó por dejarlo vallado por precaución.