Tiene nueve años y lleva poco más de un día en Vigo. Martín, un tigre proveniente de Benidorm, acaba de llegar a su nuevo hogar, Vigozoo. Todavía en periodo de adaptación, los responsables del centro esperan que en dos o tres semanas pueda compartir espacio con la solitaria tigresa Kenia.

Fatigado por el largo viaje desde el zoo Terra Natura, Martín apenas levanta la cabeza para saludar a los intrusos que se cuelan hasta los barrotes de su jaula. Descansa en el interior de las instalaciones de Vigozoo, todavía oculto al público. "Se tiene que adaptar al entorno y a la hembra", explica uno de los conservadores, Juanjo Vázquez. Se trata de un ejemplar de unos 200 kilos que había sido marginado por el grupo de tigres con el que vivía en Benidorm.

"Es un macho castrado, tranquilo y dócil", valora Vázquez. El zoo no está interesado en la reproducción, sino que buscan una compañía para la tigresa Kenia, que vive en soledad en su hábitat desde que su madre, Duches, murió a causa de un cáncer de piel hace cinco meses. "Estos días estaba muy agitada, pero hoy ya está más tranquila", cuenta el cuidador mientras observa como la felina reposa apacible entre la vegetación, todavía ignorando al macho que duerme en la jaula.

Si en las próximas semanas Martín se adapta con normalidad y los resultados médicos son buenos, podrá salir a pasear por el recinto junto a Kenia.

En su vida salvaje estos animales no comparten su espacio, ya que son muy territoriales y pueden llegar a tener violentos enfrentamientos ante una intromisión. Son muy solitarios, más allá de la relación entre madre e hijos, como la que tenían Kenia y Duches. Sin embargo, cuando se encuentran en cautiverio, la caza ya no es un estímulo para ellos, ya que se les proporciona la comida, por lo que la presencia de otro ejemplar anima su actividad. "Queremos que tengan la mejor existencia posible y en pareja están mejor", señala Vázquez.

Mañana comienzan los campamentos de fin de semana del zoo. Están dirigidas a niños y niñas de 8 a 12 años y en ellos realizan una gran cantidad de actividades a lo largo del sábado y el domingo. Un monitor especializado dirige a los niños, en esta ocasión, bajo el título de Un zoo para conservar.

Uno de los mayores atractivos de estas iniciativas, que se realizan fines de semanas alternos, es que los niños duermen en las instalaciones del propio centro, en una cabaña situada a más de cinco metros de altura.