-Al leer estas explicaciones habrá quien se pregunte cómo es que solo Maersk haya decidido irse. Hasta que se conoció la resolución de la subasta, otras navieras incluso ampliaron servicios y el movimiento de mercancía movidas en Vigo por contenedor aumentó este febrero más de un 14%.

-Es que pasa constantemente. Las navieras cambian sus estrategias y tantean el mercado en busca del mejor precio y la máxima eficiencia. Antes no se hacía, pues ahora Maersk subasta operaciones desde la India. En este momento las navieras apuestan por controlar las terminales porque creen que por ahí van una parte muy importante de los costes. Como hizo la danesa, que acaba de comprar terminales en España. Y en un mercado tan competitivo, en un momento donde el flete está muy barato, porque hay sobrecapacidad en las flotas del mundo, pues las empresas intentan afinar sus costes. Boluda se movía por la terminal de Marín y se fue a una terminal propia que construyó en Vilagarcía.

-Vigo es líder en mercancía general en Galicia, y el primero de España en pesca fresca. No puede considerarse del todo un puerto poco competitivo.

-No, depende. Vigo es muy competitivo en otros tráficos, como el de la autopista del mar y yo creo que su competencia depende de algunas otras cosas al margen de los costes de la estiba. Pero repito, no sabemos qué oferta hizo Termavi. Hablamos de condiciones de estiba cuando por ejemplo, no tengo ni idea, pero igual Termavi ha pretendido unos beneficios exagerados para lo que hoy es el mercado. Tal vez creyese que tenía controlado este tráfico y no era así. Es que no lo sabemos y entra en el ámbito de la confidencialidad. Ni Maersk ni Termavi me van a decir la oferta que hizo Pérez Torres [la empresa de Marín que ganó la subasta de Maersk] respecto a esas cuestiones. De hecho, hago constar en el escrito que se desconoce, no están acreditado, que los costes operacionales fueran determinante para que la terminalista viguesa perdiese la subasta.