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Los trabajadores aseguran ante Veiga que Vigo "nunca" perdió navieras por costes de la estiba

En la primera reunión en Praza da Estrela, el colectivo niega que su rigidez horaria causara la fuga de Maersk a Marín -El presidente del Puerto convocará a las empresas que forman la Sagep

Imagen del escáner montado en Guixar por el Departamento de Energía de Estados Unidos. // R. Grobas

La primera reunión formal del presidente de la Autoridad Portuaria, Enrique López Veiga, con representantes de los estibadores acabó ayer con una sensación de desahogo por parte del colectivo donde buena parte de la comunidad portuaria sitúa la principal causa de la marcha de Maersk a Marín. Convocados por López Veiga, se negaron a hacer declaraciones pero según Veiga el encuentro estuvo dominado por "una sinceridad rotunda" por ambas partes. "Yo no les oculté mi rechazo al funcionamiento actual de la estiba", indicó, a lo que ellos -miembros del comité de empresa- respondieron que "nunca" el puerto perdió una naviera ni por los precios ni los horarios de la carga y descarga de los buques. "Aunque admiten que los altos costes pudieron influir, me trasladan que hay otros motivos que provocaron que Vigo perdiese los tráficos de Maersk en la subasta, y yo no tengo por qué no creerles", resume Veiga. Con todo se trata de una versión que necesita contrastar con "la parte empresarial", los accionistas de la sociedad de estiba (Sagep), a los que convocará la próxima semana.

Con una plantilla de 120 estibadores, el accionariado de la Sagep lo forman empresas estibadoras filiales de las principales operadoras del puerto vigués. Son cinco: Termavi, la concesionaria de la terminal de contenedores de Guixar perteneciente a Grupo Davila, la gran perdedora del traslado de la compañía danesa a Marín; Esgasa, del grupo Kaleido (antigua Vasco Gallega); Bergé Marítima; Líneas Marítimas Españolas, de Suardiaz; y Terminales Marítimas del Atlántico, del Grupo Pérez Torres, el concesionario del recinto contenedor de Marín y, por tanto, principal beneficiario del desembarco de Maersk en la Ría de Pontevedra.

El encuentro con los estibadores, solicitado por el Puerto, duró poco más de una hora. En él también negaron los estibadores que fueran avisados antes de la subasta de que la presencia de la naviera en Vigo corría riesgo. En este sentido, Veiga alega que "tampoco Termavi podría haberles avisado porque entre las reglas de la subasta hay una confidencialidad cuyo incumplimiento castigan con una pérdida de relación".

Después de los estibadores recibió a la Federación de Usuarios del Puerto de Vigo. Ambas reuniones se producen un día antes del Consejo de Administración convocado para hoy donde el presidente informará a los consejeros de cómo se produjo la pérdida de los tráficos de la naviera, y del impacto de su marcha en la actividad portuaria. Algunos consejeros avanzaron ayer la necesidad de aprovechar esta convocatoria para plantear la corrección de "los errores en la competitividad" del Puerto a los que señalan como "verdaderos culpables, y no Maersk ni Marín" de que Vigo perdiese estas conexiones marítimas.

Sobre la actividad de la naviera que quedará en Vigo cuando comience en Marín, el 16 de mayo, algunos consejeros aseguran que esa conexión semanal con Tánger, como adelantó ayer FARO, decidió incluirla Maersk "tras la reacción de la ciudad". En cambio lo consideran "un servicio menor", sobre todo en comparación al que prestará en la terminal marinense, más amplio que el que operaba en Guixar, con dos buques semanales, uno procedente de Algeciras, y otra, todos los miércoles desde Walvis Bay.

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