Maersk explicó a la Autoridad Portuaria que antes de sacar a subasta los tráficos que ganó Marín sus clientes de Vigo no plantearon objeciones al traslado de sus operaciones a la terminal vecina. Sin embargo, o el sondeo realizado por la compañía fue muy restringido o las empresas consultadas no cayeron en la cuenta de los problemas que podrían toparse con el envío o recepción de sus productos a través de Marín.

La reflexión que hace el responsable de una firma especializada en gestiones de tránsito de contenedores resulta ilustrativa: "¿Cómo es posible que en Vigo, las ocho bocas en el Puesto de Inspección Fronteriza (PIF) son insuficientes para despachar todas las mercancías, no dan abasto, y en Marín, con solo dos bocas de PIF pueda atender las 400.000 toneladas que se calcula le llegarán en contenedores de Maersk". Basándose en esta misma argumentación, otro operador portuario vigués sugiere que tal vez la naviera "acabe arrepintiéndose de apostar por Marín" al dudar de la capacidad de este puerto para atender "con la agilidad que demanda el mercado" el volumen de Teus que generará Maersk.

Otra limitación aduanera de Marín afectaría a las empresas que exportan a Estados Unidos. "No podrán hacerlo desde Marín a ese país", afirman tajantes los consultados al recalcar que el puerto vecino carece de un "portal espectrómetro" como el que funciona desde 2013 en Vigo, uno de los cinco puertos españoles con este moderno escáner. Montado en Guixar por técnicos del Departamento de Energía de Estados Unidos y operado por la Agencia Tributaria, los norteamericanos exigen que todas las mercancías desembarcadas en sus puertos pasen en origen el filtro espectrómetro.