El médico forense y vigués distinguido Manuel Robles González falleció ayer a los 89 años. Sus restos mortales serán trasladados esta tarde -a las 17.00 horas- desde la sala de velaciones número 10 del tanatorio Emorvisa al cementerio parroquial del Divino Salvador de Lérez, en Pontevedra, donde será enterrado a las 18.00 h. El funeral se oficiará mañana a las 20.30 h en la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Carmen. Además de la distinción de Vigués Distinguido, Robles recibió también la Cruz de Primera Clase de San Raimundo de Peñafort por su labor profesional.

El doctor Robles llegó a Vigo como forense en 1962 y colaboró de forma estrecha durante décadas con el Juez Decano San Segundo. En la ciudad fundó la Clínica Médico Forense, de la que fue director; y fue además cofundador de la Asociación Ciudadana de Lucha contra la Droga. En el seno de este último colectivo destacó su intensa labor informando a los jóvenes sobre los riesgos de consumir drogas o la alarmante expansión del sida. Para ello impartió numerosas conferencias durante años.

Ejerciendo como forense en Vigo tuvo que encargarse de la identificación de los 16 fallecidos que dejó el trágico choque de trenes que se registró en Rande en 1976 o del embalsamamiento del obispo de Madrid-Alcalá Leopoldo Eijo Garay, que permaneció expuesto durante varios días. Fue también médico de empresa de FARO.

Antes de llegar a Vigo Robles estudió la carrera en la Universidad de Santiago de Compostela, donde en 1953 obtuvo el Premio Extraordinario de Fin de Carrera. En la serie "Memorias" -publicada en FARO por el periodista Fernando Franco- Robles recordaba en 2010 cómo durante su etapa de universitario ya atendía a enfermos en el hoy Hostal de los Reyes Católicos de la urbe jubilar. Ya licenciado ganó la oposición de médico forense, aunque su primera plaza como doctor por oposición fue Celanova.

"Éramos médicos de todo y especialistas de nada que íbamos a las casas de los doentes, en el disperso rural gallego, como podíamos: yo he ido a aldeas de Padrenda, Caldas, Troáns, Cuntis... andando, en bicicleta alquilada y agarrándome a la trasera de un camión en las subidas", recordaba en conversación con Fernando Franco. Durante esa misma entrevista, de 2010, Robles reflexionaba sobre el sentido de la muerte para un veterano médico forense: "No me aterra la muerte, tenemos que aprender a reconciliarnos con ella; me preocupa más quienes dejo aquí".

Su experiencia vital fue tan rica e intensa como la profesional. Robles nació en 1926 en Madrid, pero se trasladó a Galicia con 14 años. Ya jubilado se reconocía un niño de la guerra: "Lo pasé muy mal, recuerdo antes de la guerra los conflictos en la calle, los enfrentamientos entre falangistas y comunistas, los muertos al colocar pasquines en las paredes... Pasamos la guerra entre Madrid y Guadalajara, porque a mi padre le movilizaron los republicanos como oficial sanitario y estuvo en primera línea hasta que le metieron en un campo de concentración tras la guerra".

Ya en Galicia, en 1940, Robles empezó a estudiar Bachillerato en la Escuela de Artes y Oficios de Vigo, de donde pasó al Instituto Sta. Irene. Por aquel entonces logró el título de piloto de vuelo sin motor.

Su talante incansable le decidió a iniciar los estudios de Bellas Artes en Pontevedra en 1990, ya casi jubilado. Desde los años 60 realizó decenas de exposiciones.

Robles estaba casado con Carmen Gómez-Reino Filgueira y tenía dos hijos: Manuel y Ana María.