Óscar González, de 32 años y vecino de Allariz, ya da "toquecitos" con los dedos de su mano derecha, después de que el pasado miércoles 23 de marzo, un equipo del Hospital Povisa le reimplantara el brazo que le seccionó una armadora de hormigón en las obras del AVE en Laza. Una primera atención adecuada, un rápido traslado al hospital y una intervención de siete horas en el centro de referencia de cirugía de mano y miembro superior del sur de Galicia, evitaron algo que Óscar ya tenía asumido. "Pensaba que no iba a recuperar la mano y cuando me levanté, allí estaba", cuenta.

El accidente se produjo a las 13.50 horas cuando limpiaba una amasadora. Le seccionó el antebrazo por encima de la zona del reloj y se quedó colgando por un nervio y un tendón. Óscar se hizo un torniquete con un chaleco con la ayuda de un compañero, que le trasladó al centro de salud de Laza. Habían pasado 10 minutos. Allí le vendaron y colocaron una férula. Otros 7 minutos y estaba en el helicóptero. A las 16 horas ya estaba en quirófano.

El traumatólogo Rafael Otero se encargó de fijar el cúbito y el radio que había cortado la máquina, para que el equipo de Cirugía Plástica y Reconstructora se encargará, luego, unieran arterias, venas, nervios y tendones. Operaban los doctores Beatriz Postigo y Enrique Moledo. "El riesgo inicial está superado", señala este último, tras explicar que los primeros quince días son el periodo crítico por riesgo de infección y para saber si funciona la parte vascular.

Ahora le espera una "larga" recuperación con rehabilitación, terapia ocupacional y alguna intervención secundaria. El porcentaje de recuperación es "imprevisible", pero Óscar se siente "animado".