La inversión de la Diputación este año en las obras del nuevo Balaídos, presupuestadas en 30 millones y que financian en su mayor parte a medias esta institución y el Concello, se duplicará respecto a la partida aprobada en noviembre dentro de las cuentas de 2016. Los fondos asignados ascendían a tres millones, pero el pleno provincial autorizó semanas atrás destinar más de 14 millones a obras y servicios en diferentes áreas con cargo a remanentes, y, según explican fuentes del organismo, de esta cantidad se dedicarán 4,5 a la reforma de la grada de Tribuna y a la segunda fase de Río, la primera ya en marcha y esta última pendiente de licitar. El montante total suma, así, 7,5 millones.
La participación económica de la Diputación en Balaídos arrancó con retraso al demorarse el convenio con el Concello (firmado en julio de 2015), lo que repercutió en el calendario de las obras. El año pasado el organismo habilitó una partida que no llegó a gastar, y ahora la institución que preside Carmela Silva pisa el acelerador para pagar la parte que le corresponde en las dos mayores gradas del estadio.
GALERÍA | La reforma de Balaídos avanza en la zona de vestuarios. // R. Grobas
Hasta este año se había ejecutado la primera fase de Río, que consistía en obras interiores y reparación de la estructura y que abonó el Concello; así como la construcción de la estructura de la nueva grada de Preferencia, que financió el Celta. En enero arrancó la remodelación de Tribuna, que estará terminada en octubre. La reforma avanza en plazo, según explica el arquitecto autor del diseño del nuevo estadio, Pedro de la Puente, y los operarios ya trabajan en la zona de vestuarios, que pasarán a estar debajo de Preferencia. Colocan instalaciones y panelados, y han empezado a levantar los tabiques para dividir los distintos espacios interiores. Debajo de la grada se situará también la zona mixta y la sala de prensa.
Los locales comerciales fueron demolidos, junto a otros espacios interiores. Cuando acabe la Liga la empresa -Copasa- emprenderá la sustitución de la cubierta, fase que no puede realizarse con el estadio operativo y que deberá concluir antes del comienzo de la próxima temporada. Lo mismo ocurre con los palcos vip, que obligarán a otros pequeños derribos y algunos reajustes en Tribuna.
La licitación de la segunda fase de Río, presupuestada en 5,5 millones, está acumulando retraso debido a la obligada reforma del proyecto para incluir la sustitución de la malla espacial que sostiene la cubierta. En un principio la estructura de soporte iba a mantenerse, pero los estudios técnicos recomendaron cambiarla por seguridad. Estos días, según señalan fuentes municipales, se realizan los últimos cálculos de resistencia, y una vez concluidos saldrá a concurso la obra, previsiblemente en abril.
La estimación del Concello, propietario del estadio e institución que dirige la reforma, es que Tribuna y Río estén terminadas en 2016. El objetivo en esta última grada se está volviendo complicado, ya que el tiempo se echa encima para sustituir la cubierta. Esta, como la de Tribuna, debe cambiarse en verano, cuando no haya actividad en el estadio, y todavía hay que realizar todo el proceso de contratación. Su cambio no es tan complejo como la de Tribuna, donde deben retirarse piezas de hormigón de 20 tonelada, pero el margen es escaso.
Pruebas en un túnel de viento en Madrid para comprobar las cargas que soportará la cubierta
- El nuevo Balaídos se probará en un túnel de viento para comprobar las cargas a las que se someterá la cubierta del estadio en condiciones meteorológicas adversas.El trabajo ya está en marcha y se ha encargado al Instituto de Microgravedad de la Universidad Politécnica de Madrid, que ha realizado estas pruebas para infraestructuras como el estadio del Español, la ampliación del Museo Reina Sofía o la terminal 2 del aeropuerto londinense de Heathrow, entre muchas otras.El estudio del arquitecto Pedro De la Puente, padre del diseño del nuevo coliseo vigués, ha enviado al Instituto imágenes en 3D, incluyendo las edificaciones en un radio de 250 metros para, a partir de ellas, realizar una maqueta a pequeña escala en la que se instalarán 250 sensores. Las pruebas determinarán los puntos de la cubierta que estarán sometidos a mayores cargas en condiciones de fuerte viento a fin de que se realicen los refuerzos necesarios en las zonas más expuestas. Próximamente arrancará la fabricación de las láminas que formarán la cubierta y fachada de la catedral del celtismo.
